Bienestar

Apps para hacer ejercicio

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Hacer ejercicio requiere de cierto grado de constancia. Ponerle ganas y dedicarse es clave y para ello viene en nuestra ayuda la tecnología a través de aplicaciones que nos guían en las rutinas que queremos desarrollar para estar en forma. Con varios niveles de ajustes, respaldados científicamente y amigables, estas app te pondrán en movimiento para mejorar tu salud física. Todas están disponibles tanto en Android como en iOS.


Seven


Es una aplicación muy completa y divertida para hacer ejercicios, en especial para quienes no desean usar mucho tiempo en esa actividad. Su sistema se basa en una rutina que se ejecuta en siete minutos. Sus actividades físicas están enfocadas en la pérdida de peso y tonificar músculos, a un ritmo que se puede personalizar.


No se requiere máquinas ni otras herramientas para ejecutar las rutinas. Se puede configurar la voz de un entrenador que lanza divertidas frases de ánimo y que se configura para que sea un sargento, una animadora o un sensei.


HIIT y Cardio Entrenamientos


Es una aplicación que se basa en videos de entrenamiento orientada a ejercicios cardiovasculares, aumento de fuerza muscular y equilibrio. La versión completa incluye 90 ejercicios, entrenador con una voz, calidad HD de los videos y ajustes de dificultad.


Cuenta con una librería de ejercicios que te permite ajustar tu propia lista de entrenamiento, lo que le da un nivel cómodo de personalización.


Sworkit


Esta aplicación es un gimnasio en sí misma. Incluye entrenamientos en video de fuerza, aeróbicos, estiramiento y yoga. El tiempo de dedicación diaria para hacer los ejercicios se puede elegir entre 5 y 60 minutos.


No requiere equipamiento. La versión gratis solo se puede usar por siete días. Se pueden elegir ejercicios para trabajar alguna parte específica del cuerpo: tren superior, tren inferior, torso, abdominales, glúteos, espalda, piernas, etc.


Abdomen 6 pack en 30 días


La promesa de esta app es ayudarte a definir tus abdominales en un mes. Viene con tres niveles de ejercicios que sirven para perder grasa del abdomen y fortalecer los músculos abdominales. Las actividades son distintas cada día y podés personalizar tu entrenamiento gracias a la guía para establecer objetivos.


Se basa en el principio del circuito de entrenamiento de alta intensidad, que aseguran son tan eficaces como los ejercicios en el gimnasio. Las sesiones son animadas y en video. Se adapta para todas las edades y es útil tanto para hombres como para mujeres.


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Mindfulness, vivir el presente

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El mindfulness, también conocido como atención plena o conciencia plena, es el proceso psicológico que permite prestar atención en las experiencias que se producen en el momento presente, y se desarrolla principalmente a través de la meditación. Tiene su origen en el budismo y se popularizó en el mundo occidental gracias a los libros y programas creados por Jon Kabat-Zinn, Thích Nhất Hạnh, Richard J. Davidson, entre otros.


La práctica de la atención plena se ha empleado para reducir la depresión, reducir el estrés, ansiedad, y en el tratamiento de la adicción a las drogas. Se han adoptado programas basados ​​en modelos de atención plena en escuelas, cárceles, hospitales, centros de veteranos y empresas, con resultados muy positivos.


El centro de esta práctica es la meditación, que consiste en buscar la relajación, construir energía interna y desarrollar emociones positivas. Consiste en poner atención en los propios pensamientos, respiración, emociones y sensaciones, sin necesidad de juzgar si son buenos o malos, es decir, en una especie de observación sin juicios.


“La atención plena, prestando atención precisa y sin prejuicios a los detalles de nuestra experiencia tal como surge y desaparece, no rechaza nada. En lugar de luchar para alejarse de las experiencias que encontramos difíciles, practicamos estar con ellas. Igualmente, traemos la atención plena a experiencias placenteras”, asegura Richard Dryfuss en su libro “Mindfulness, un estilo de vida".


El resultado de esta práctica es un enfoque más fuerte para desempeñar nuestras tareas diarias, tener mayor tranquilidad bajo estrés gracias a un mejor manejo de las emociones y una memoria más ágil que favorece la resolución de problemas y la toma de decisiones.


Si tenés interés en acercarte a esta práctica con ayuda de un profesional, podés consultar con psicólogos, coaches, siempre prestando atención a que se trate de personas adecuadamente preparadas para acompañarte en esta actividad. Podés pensar el mindfulness como una manera de mejorar ciertos tipos de aptitud mental, al igual que los entrenamientos regulares en el gimnasio te forman una aptitud física.


Existen también una gran variedad de recursos en formato de libros, videos y tutoriales en plataformas como YouTube que te pueden ser muy útiles. Por ejemplo, Netflix tiene una serie de videos llamada “Guía Headspace para la meditación”, que con cada episodio enseña técnicas para situaciones específicas.


Establecerse la rutina de meditar puede ser un poco difícil al comienzo, es una práctica que requiere ponerle voluntad, por eso algunos expertos recomiendan iniciar con la ayuda de alguien, bien sea un grupo con el que te reúnas, alguna instructora o una persona que asista contigo a las sesiones o se dispongan a hacerlo en conjunto.


Lo ideal es practicar mindfulness en un lugar tranquilo, puede ser cerrado o al aire libre, es importante que no haya ruidos distractores. Muchos utilizan música de fondo para facilitar el proceso. Hay sonidos que incluso ayudan mucho como los cuencos tibetanos, música instrumental, sonidos de la naturaleza, etc. Además, procurá utilizar ropa cómoda y mantener siempre una postura con la espalda recta.


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Chocolate, las claves para disfrutarlo

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El chocolate es el alimento que se obtiene procesando la masa y la manteca que proviene de la semilla de cacao. Se mezcla con azúcar y otros ingredientes de donde se deriva una gran variedad de subproductos. Su origen se remonta hasta las civilizaciones prehispánicas de Mesoamérica, quienes consumían la pulpa dulce del cacao y también preparaban bebidas hace más 3.000 años.


Este delicioso producto se puede encontrar actualmente en muchas presentaciones: en polvo, en tableta, en bombones, en helados, en bebidas, etc. Tiene efectos positivos y también negativos en el cuerpo humano, según reseñan distintos estudios, por lo cual es importante tener en cuenta algunas claves a la hora de consumirlo.


Lo primero que hay que saber es que el chocolate contiene magnesio, fósforo, hierro, vitamina B2 y B12, ácido esteárico, ácido oleico y polifenoles. Todos estos componentes le dan un alto valor energético.


Los expertos señalan que lo ideal es no consumirlo en grandes cantidades y apuntan a un tope de 30 gramos en un día. Además, aconsejan que se procure aquellos con mayor proporción de cacao. Esto último porque la mayoría de los chocolates que vemos en un quiosco o en el supermercado vienen altamente procesados y con mucha azúcar.


Para ingerir chocolate saludablemente es importante prestar atención a la etiqueta. La Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard señala que un chocolate, para ser considerado una buena opción, debe tener al menos 70% de cacao. Las dietéticas suelen vender este tipo de productos en distintas variedades. Puedes ir probando mientras te adaptas, pues estos son un poco más amargos que el chocolate común.


Una mayor proporción de cacao implica una menor proporción de otros ingredientes añadidos que pueden resultar desfavorables. Por ejemplo, aquellos que tienen 85% de cacao vienen con unos 14 gramos de azúcar, mientras que los de 90% traen unos 7 gramos de azúcar. Mientras menos azúcar mejor, aunque algunas presentaciones vienen con edulcorantes.


Comer chocolate de manera apropiada aporta beneficios para la salud, porque es una fuente de antioxiodantes, reduce la presión arterial, favorece la circulación de la sangre, ayuda al sistema cardiovascular e incrementa el colesterol bueno. A esto hay que sumar sus excelentes propiedades como estimulante de las habilidades cognitivas, así como sus aportes a la recuperación muscular después de un esfuerzo físico.


Los nutricionistas señalan que el mito de que el chocolate contribuye al sobrepeso no es real. Efectivamente tiene un alto contenido en grasas y carbohidratos, pero eso se resuelve con una ingesta en pequeñas porciones y acompañando de una dieta equilibrada. Como cualquier otro alimento, el exceso tiene sus consecuencias.


Con lo que sí coinciden los expertos de la salud es que si sufrís migraña hay que evitar el consumo de chocolate, porque puede jugarte en contra intensificando el dolor o la frecuencia de esos malestares.


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Claves para el cuidado del cabello

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El cabello es una parte de nuestro cuerpo que transmite de todo un poco: salud, belleza, personalidad. Su cuidado depende de varios factores entre ellos si lo usás largo o corto, si lo teñís o si tenés algún tratamiento en especial.


El cabello crece en el cuero cabelludo que funciona como una barrera física que protege a la cabeza. Está hecho de queratina y un adulto puede tener entre 100.000 y 150.000 cabellos en su cabeza. El pelo consta de una parte visible por encima de la piel, el tallo del pelo y la raíz (que se encuentra debajo de la piel).


El lavado es un aspecto clave para el cuidado del cabello. Lo recomendado por los dermatólogos es dos o tres veces por semana. La acumulación de grasa, polvo y otros elementos del medio ambiente debilita las glándulas sebáceas, lo que con el tiempo te hace perder cabello si no lo lavás con la debida frecuencia.


Escoger un champú que vaya con el tipo de cabello es fundamental. Allí tenés que considerar si tu pelo es normal, seco, graso o si lo llevás teñido. Hay una gran variedad de opciones en el mercado. Algunos vienen con algún tipo de ingrediente añadido que además de la limpieza te aporta vitaminas, hidratantes y otros beneficios.


Otro producto al que hay que prestar atención es al acondicionador. Este crea un revestimiento que hace tu cabello más manejable. Además, le provee nutrientes y lo protege de factores externos. Hay champús que vienen con acondicionador, pero también es recomendado aplicarlo por separado, así como usar mascarillas nutritivas o extra hidratantes cuando se necesite cuidados especiales o luego de aplicar tratamientos químicos.


Beneficia mucho el uso de ampollas. Algunas sirven para eliminar o prevenir la caspa, hidratar o fortalecer el cabello. Los especialistas recomiendan optar por aquellas que son de origen orgánico. Prestá atención a las instrucciones de cada uno de estos productos, ya que no todos se enjuagan o requieren una forma de uso específica.


Mantener el cabello desenredado es clave para que esté sano y fuerte. Es un detalle del que no hay que estar pendiente si lo usás muy corto, pero para quienes lo llevan largo deben hacerlo con cuidado para no dañarlo. Aplicar una cantidad de crema para peinar suele ser de utilidad. Esta también tenés que escogerla dependiendo del tipo de cabello (liso, rulos, etc.).


Usar un peine en lugar de un cepillo, es lo ideal para desenredarlo. Además, es un proceso que requiere calma. Tené presente que cepillar tu cabello a diario lo libra de polvo y otros elementos externos, en especial si lo tienes largo. La limpieza de tus cepillos y peines es importante. Se recomienda mantenerlos libres de cabello y lavarlos con agua y jabón para que no retenga grasa.


Cuando quieras aplicarte algún tinte, consultá con un colorista. Este experto te ayudará a escoger el más adecuado, así como la cantidad de agua oxigenada. Cambiar de color, alisarte o hacerte las mechas es un proceso químico, así que los especialistas recomiendan que se hagan con unos 30 días de separación.


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Consejos prácticos para un buen descanso

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La hora de dormir necesita más preparación de lo que solemos pensar. Sabemos que el descanso es importante, pero en ocasiones nos cuesta disfrutarlo o sentimos que no es suficiente. Te sorprenderá saber que prepararnos para un sueño reparador tiene mucho que ver con lo que hacemos durante el día.


El tiempo de descanso depende de factores individuales como la rutina y la edad. La mayoría de los adultos necesita en promedio 8 horas de sueño, pero un recién nacido duerme varias horas al día, mientras que el adulto mayor puede estar bien con 6 horas al día. Un buen dormir nos proporciona creatividad, relajación, mejor estado de ánimo y mayor productividad.


Una recomendación clave para dormir bien es la distribución de las comidas. En especial la última del día, ya que la digestión y sueño no son una dupla muy saludable. Por ello se aconseja comer al menos tres horas antes de irse a la cama y que sean platos ligeros. Además, los alimentos que se tomen en la cena deben ser aquellos que favorezcan el sueño, así que se debe evitar los que contienen mucha proteína como las carnes rojas o los embutidos, también bebidas energizantes como el café, el té negro o el chocolate amargo.


El lugar donde dormimos, es obviamente un factor determinante para un buen descanso. Los expertos sugieren que la cama sea de uso exclusivo para dormir, es decir, nada de trabajo, comidas u otras actividades. Así el cerebro se adapta a la actividad de reposo en ese sitio. Además, se debe procurar que sea silencioso y sin entradas de luz.


Los horarios de irse a la cama deben respetarse y así procurar acostarse y levantarse a la misma hora. Para ello es clave establecer un momento de corte con las otras actividades e iniciar una rutina presueño, es decir, no ver televisión, desconectarse del celular, escuchar música suave, leer algún libro que no genere ansiedad y meditar, rezar u orar, dependiendo de su preferencia. Esto condiciona al cuerpo y al cerebro y hace que se disponga a descansar.


La forma en cómo dormimos también influye en el descanso. Los especialistas aconsejan evitar dormir boca abajo y adoptar una postura de costado en lo que se conoce como posición fetal, o boca arriba con un cojín debajo de las rodillas. A esto hay que añadir un elemento clave que es la almohada. Existen muchas opciones en el mercado que procuran la comodidad. Escoge la que te facilite más el descanso y que no ocasione lesiones o molestias en el cuello y la espalda. Además, es importante que tanto el colchón como la almohada se renueven cada cierto tiempo, en especial cuando están o muy blandos o muy duros.


Otra recomendación para tener un sueño reparador es realizar alguna actividad física, puede ser una rutina de ejercicios, trotar o una caminata no mayor a media hora.


¿Y qué pasa con la siesta? Si tenés la oportunidad de tomar esta pausa del día aprovechala. Hay que tener en cuenta que no debería exceder los 30 o 40 minutos y en un horario que no sea tan cercano a la hora de dormir. Es una costumbre cultural en algunos países, pero los especialistas la recomiendan como una rutina saludable que no afecta el descanso nocturno.


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Las mejores opciones para un desayuno saludable

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Que el desayuno es la comida más importante del día es una frase que vemos por todas partes, sin embargo, hay que acompañarla de algunas algunas recomendaciones para hacer de ese primer plato uno que sea realmente nutritivo y nos dé el impulso para arrancar el día de la mejor manera.


Los nutricionistas consideran que el desayuno es una excelente oportunidad para comenzar con la hidratación del cuerpo, por lo que las bebidas calientes suelen tener un lugar especial. El mate es el preferido en la Argentina, pero hay quienes se inclinan también por algún té o café. Aquí es clave controlar la cantidad de azúcar. La recomendación es tomarlas sin azúcar, pero depende del gusto puede ser poca o sustituida por algún edulcorante. Otras bebidas son los zumos de fruta, preferiblemente hechos en casa.


Los cereales son de los favoritos en la mesa mañanera. Evitá los procesados o muy cargados de azúcar. La sugerencia de los expertos es ingerir cereales integrales por su alto contenido de vitaminas, minerales y fibra. También por la sensación de llenura que producen. Avena, granola, frutos secos, maíz, son algunas de las opciones que se pueden consumir solos, con leche o yogurt.


El pan tiene un lugar destacado en los desayunos. Los encontramos de diferentes formas y presentaciones, tanto saladas como dulces. Entra dentro del rubro de los cereales por ser la mayoría hechos de trigo o maíz. Las tostadas son una buena opción para arrancar, acompañados de mermelada (preferiblemente artesanal, casera o baja en azúcares) o también con proteínas, como detallaremos más adelante. Las facturas y medialunas dulces, deben consumirse con menos frecuencia debido a su alto contenido de azúcares refinados (a menos que las preparés en casa y controles este ingrediente).


Hablemos de las proteínas. Hay varias opciones para elegir, desde quesos (que van bien con las tostadas, por ejemplo) hasta huevo y algún producto enlatado o fresco (atún, sardinas, bonito, salmón). La recomendación es dejar de lado (o consumir muy poco) los embutidos (salame, salchichón, etc.) porque son altamente procesados y aportan poco valor nutritivo a nuestra alimentación. Huevos fritos, revueltos o una ensalada de atún son una buena idea para saciar el hambre matutina y mantener por más tiempo la sensación de llenura.


¿Vegetales en el desayuno? Pues sí, hay opciones como espinacas, acelga, rúcula, morrones asados. Podés consumirlos al vapor, combinados con huevos revueltos o en forma de tortilla.


Sugeridas no solo en el desayuno, sino durante todo el día, las frutas son una recomendación fija. Si son frescas y de temporada, mucho mejor. Incluso algunos expertos la proponen como sustituta del zumo, porque su consumo entero es mucho más nutritivo, aportando vitaminas, fibra y calorías, que no encontrás en ningún otro alimento.


La forma más provechosa de desayunar dependerá de tu rutina y metabolismo, pero lo más importante es no saltarse esta comida. Configurá la mejor combinación entre las recomendaciones generales y para detalles consultá con tu nutriólogo.


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Propósitos de año nuevo, cómo hacer planes realistas

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]La llegada de un nuevo año es siempre una oportunidad para reflexionar sobre qué queremos hacer en los siguientes 365 días. Los tiempos de incertidumbre que nos han tocado vivir por eventos como la pandemia de Covid nos han puesto a pensar en cómo aprovechar más el tiempo o salir adelante en medio de condiciones extremas. La mejor forma de hacerlo es planificando, pero de forma realista, con los pies puestos en la tierra.

Si algo nos enseñó el año 2020 es la importancia de los planes B, pensar en las alternativas si las condiciones no nos permiten cumplir con lo que nos propusimos, pero sin dejar de lado aquello que queremos o necesitamos hacer.

¿Dónde están tus pasiones? Las emociones son el motor de nuestra vida, sin ellas no hay movimiento. Eso implica que donde está el corazón, está nuestro tesoro. Ese es un punto de partida clave para fijar planes realistas porque debemos fijar nuestra mirada en aquello que nos mueve, donde sabemos que fluimos y somos felices. Esto no es una invitación a lo irracional, sino más bien a conocer nuestro sentir e identificar cómo nos puede impulsar a lograr objetivos.

¿Qué necesitas lograr? Hay una obvia diferencia entre querer y necesitar. Hay cosas que queremos hacer y nos cuesta poco lograrlas o aceptamos con valor el esfuerzo. Por otro lado, hay otras metas que necesitamos y que tal vez nos cuesta más poner el empeño para alcanzarlas. La lista depende de cada persona, puede ser terminar una carrera, bajar de peso, comer más saludable o dejar de lado un hábito o relación dañina. Si te querés fijar un propósito realista para el año próximo toma en cuenta estas metas.

Una cadena de logros. Cada quien va a su ritmo, así que lo importante es ir avanzando. Pensá que un año es solo una marca en el calendario y no una caja o una celda. Eso quiere decir que no debemos pensar a largo plazo, eso hay que hacerlo, pero en cuanto a metas realistas es valioso concentrarse en los pasos que se van dando. Así que te podés fijar metas para lograr en cierta cantidad de días. Ese logro lo encadenás con otro y así. Por ejemplo, un propósito de año nuevo puede ser “hacer dieta” (un clásico). Pero ¿cómo convertirlo en una cadena de logros? Podés empezar por decidir comer menos carbohidratos y colocás a febrero como el mes de menos pasta.

Si no se cuenta no se evalúa. Es importante que los propósitos sean medibles. Por ejemplo, si querés retomar el hábito de la lectura o ayudar más a otras personas. Hay que ponerse un número. Por ejemplo: “Voy a leer un libro cortito antes de que llegue junio”, “Voy a donar un 5% de mi salario a una organización comunitaria”, y cosas así. Así podés medir el avance que llevás y eso es también parte de una cadena de logros.

El abecedario tiene más letras. No existe el plan perfecto. Tus propósitos de año nuevo pueden tener plan b, c, d, etc. Para esto ayuda pensar el punto anterior en rangos, es decir, si tu meta es regresar al gym y te inscribís en uno flexible, tu meta puede ser ir entre dos o cuatro veces a la semana (o al mes), si lográs dos, estás dentro del rango. ¿Y si cierran los gimnasios? Pues se activa el plan b: rutina de ejercicio en casa en el mismo horario y con el mismo rango.

Y si sentís que no podés… Busca ayuda profesional, es una opción muy realista y sencillamente indica que estás consciente de que tus ideas necesitan estar en orden y para ello un coach o un terapeuta son muy útiles. Es como usar las rueditas de la bici, luego irás por tu cuenta.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Lo que necesitás saber sobre la lectura infantil

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La lectura de libros en la infancia es una práctica muy asociada a la educación. Hacer que sea un hábito agradable y expandirlo más allá del contexto escolar es un reto para padres y le aporta a los pequeños habilidades grandes beneficios para el resto de sus vidas.


Los psicólogos infantiles recomiendan que desde su primer año, los niños tengan contacto con las historias de distintos tipos e incluso puedan jugar con libros adaptados a su edad con ilustraciones, sonidos, etc. Luego a medida que van creciendo y aprendiendo a leer su acercamiento con los libros va cambiando.


Para cada edad se recomienda un tipo diferente de libros y de contenidos. De 0 a 3 años, los libros se confunden con los juguetes, pero además de ese contacto lúdico es un buen momento para contarles historias cortas, donde el libro sea parte de la diversión. De 4 a 7 años, es una etapa donde la fantasía y la humanización de los animales y objetos son el centro de la acción. La lectura en voz alta despierta su interés y es el momento de practicar la lectura con contenidos que disfruten y que les ayuden a comprender el mundo que les rodea. Los cómics son un gran atractivo en estas edades y las siguientes.


Entre los 8 y los 9 años, sus habilidades lectoras se pulen, ponen atención a la trama, los detalles y a los finales. Además, ya leen por su cuenta y se pueden interesar en textos un poco más extensos, aunque la presencia de ilustraciones sigue siendo importante. Desde los 10 años y hasta la entrada a la adolescencia, están en mayor capacidad de entender y explorar temas y tramas más complejos. Además, su elección de lecturas es más independiente.


La selección del libro debe tomar en cuenta la edad y considerar el impacto de las ilustraciones y el contenido. Cuando ya sean más grandes, la selección debe ser compartida en búsqueda de la orientación de los temas. Es importante aprovechar ocasiones especiales como Navidad, cumpleaños, Día del Niño, etc. para que el libro sea uno de los obsequios. También es clave involucrar a los pequeños en actividades de las bibliotecas o clubs de lectura locales.


Los especialistas recomiendan que la lectura infantil sea una actividad compartida con la familia, especialmente para que el niño se introduzca en el hábito de manera natural y no resulte una carga pesada. En ello es importante que también los padres sean lectores que la presencia del libro y los tiempos de lectura sean habituales en casa.


La literatura infantil es un excelente complemento para estimular la imaginación, educar en valores, establecer las diferencias entre la realidad y la fantasía y desarrollar el lenguaje. Generalmente los temas están inspirados en elementos fantásticos (como los cuentos de hadas), relatos populares (basados en tradiciones culturales propias de cada país) y actuales (compuestos por eventos de la vida cotidiana). Así, desde etapas iniciales les permite ver a través de historias la diferencia entre el bien y el mal, a comprender situaciones difíciles, aprender el uso de los recursos o la importancia de respetar a los demás.


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Síndrome del nido vacío, cuando los hijos se van

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]¡Qué rápido pasa el tiempo! Parece que fue ayer cuando le dabas su mamadera o le alistabas la ropa para ir al cole. Ahora tu niña o niño vuela de lleno a la adultez y el vacío que dejan en la casa también se siente en el corazón. Ellos y vos, entran a una nueva etapa, esa que los especialistas llaman “síndrome del nido vacío”.

Se trata de una combinación de tristeza y pérdida cuando el último (o el único) hijo se va de casa. Surgen así preocupaciones por la seguridad de sus hijos y si podrán cuidar de sí mismos. También se mezcla con la satisfacción de verle partir a una vida independiente o para formar una nueva familia.

Por un lado, las investigaciones apuntan a que el síndrome del nido vacío genera un profundo sentido de pérdida que hace vulnerables a los padres a la depresión, alcoholismo, crisis de identidad y conflictos matrimoniales. Por otra parte, también se registra la tendencia a reducir los conflictos económicos y familiares, con la pareja viviendo una nueva etapa de reconexión y reconexión con intereses abandonados durante la crianza.

¿Cómo afrontar el síndrome del nido vacío?

Asumir la transición. Comprender que esta es una de las tantas etapas de la vida. Como cuando inició la escuela o cuando entró en la adolescencia. Ir preparándose con tiempo, de manera que ese evento que sabemos ocurrirá, no sea precisamente una sorpresa. Reorganización de la vida . La rutina sufrirá un cambio y con ello una reorganización de la vida. Es momento para preguntarse qué hacer con el tiempo que se libera, qué actividades quedaron rezagadas y que se pueden retomar.

Mantener el contacto. La tecnología ofrece múltiples opciones para seguir conectados. No es igual que ver a tu hijo o hija todas las mañanas o compartir la cena, pero mantenerse comunicados de forma constante es un soporte emocional importante.

¿Qué señales me indican que debería buscar ayuda profesional?

En términos generales podría decirse que puedes optar por transitar por esta etapa con ayuda de un psicólogo, quien a través de la terapia te brindará herramientas para hacerlo más llevadera. Sin embargo, si no has recurrido a esta estrategia, debés prestar atención a ciertas señales de alerta sobre tu salud mental:

Pérdida de propósito. Es probable que sientas que tu vida perdió razón de ser, debido a que las tareas o las rutinas asociadas a tu rol de madre o padre ya no están presentes. Esto es una reacción normal, no obstante si se prolonga por mucho tiempo es importante buscar ayuda.

Estrés emocional. Sentir que la casa está vacía te pondrá más sensible. Es normal sentir melancolía y tristeza. Sin embargo, en la medida en que estas emociones te impidan seguir adelante, cuidar a otros o de tu propia persona, son una señal de que necesitas soporte profesional.

Conflictos de pareja. El síndrome del nido vacío no impacta por igual a los integrantes de la pareja, cada quien lo asume a su manera, pero si ello implica más roces, recriminaciones y dificultades para la comunicación y llevar juntos una nueva rutina, es probable que deban recurrir a un especialista para enderezar la relación en esta nueva etapa.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Los nuevos retos de la maternidad

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]Ser madre es una bendición que se combina con momentos difíciles. Un rol muy celebrado, pero también idealizado. La belleza de traer una vida al mundo está llena de retos que se van renovando y mutando conforme pasa el tiempo. Así, cada generación sale adelante en la crianza bajo condiciones diferentes.

En un mundo actual dominado por la tecnología, cambios sociales y económicos que influyen en las familias, ser madre sigue siendo un hermoso desafío. Además, crece el compromiso porque la crianza sea un asunto de pareja, más que una tarea prácticamente solitaria de la mujer, típica de décadas pasadas. También hay a la mano más recursos para ejercer el rol. Hablamos de los avances de la ciencia en beneficio de la salud (física y mental), la facilidad de acceder a especialistas, así como libros, aplicaciones y otras herramientas que están al alcance para apoyar la labor de levantar a los hijos.

¿Qué retos están enfrentando las nuevas madres?

Falta de tiempo. Cada vez son más las madres que regresan a sus empleos después de dar a luz. Esto significa abrir espacio para una rutina donde hay que combinar la atención en las responsabilidades laborales con la maternidad. Los niños se quedan solos (o al cuidado de alguien) la mayor parte del día. Así que las madres de hoy buscan hacer un equilibrio para brindar el mayor tiempo de calidad en las horas que tienen con sus hijos.

Tecnología y entretenimiento. Los días en que toda la familia se reunía frente al televisor son cosa del pasado. La vida digital transcurre ahora en los dispositivos móviles entre plataformas de video y redes sociales. Las madres tienen ante sí la necesidad de conocer y regular cómo sus hijos acceden a Internet, para cuidarlos de las muchas formas de amenazas del mundo virtual como el acoso o contenidos no aptos para sus edades.

Luchando por enseñar valores. Una de las características del cambio generacional que estamos viviendo es que los niños están más expuestos a referentes y modelos que no necesariamente van con los valores que deseamos que desarrollen. En muchos sentidos las madres luchan contra una corriente que muchas veces amenaza con desbordarse. Las sanas y sinceras conversaciones, respuestas directas y enseñar con el ejemplo, son las salidas que recomiendan los expertos. Las relaciones con los hijos se dan de un modo distinto, es necesario ser más abiertas, estar dispuestas a escuchar más activamente y preparadas para combinar esta tarea con la pareja o con el grupo familiar más amplio.

Mantener a los niños sanos. La conexión con la televisión, videojuegos y computadoras prácticamente ha encerrado a la mayoría de los niños, por lo que la vida al aire libre es cada vez más escasa lo que puede resultar en baja inmunidad, aislamiento social, obesidad, etc. Las madres de ahora deben ser más creativas a la hora de procurar para sus hijos un ambiente sano donde se combinen actividades físicas y el entretenimiento actual. Por otro lado, está también la necesidad de procurarle una alimentación basada en productos más orgánicos o menos procesados, un reto que otras generaciones no enfrentaron con tanta intensidad.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]