Bienestar

Juegos de mesa, diversión para todos

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]En los tiempos donde la diversión parece estar totalmente encerrada en las pantallas, los juegos de mesa siguen vigentes e incluso creciendo en ventas. Este milenario invento ha sido parte de muchas generaciones y todavía es una potente herramienta de interacción familiar y social.

Los datos más antiguos muestran que existían desde hace unos 5.000 años y hoy son un subgrupo importante dentro de las jugueterías e incluso Argentina es uno de los países que destaca por la creación de este tipo de diversión.De hecho, junto con los juguetes didácticos abarcan casi un tercio de la producción nacional.

Una de las características más ricas de los juegos de mesa es que son muy variados y que están diseñados para la participación grupal. Algunos requieren que los competidores usen sus habilidades tácticas o estratégicas, destreza manual, memoria o capacidad deductiva; mientras otros dejan todo en manos del azar.
Aunque algunos pueden contener una actividad física, la mayoría consiste en sentarse alrededor de un tablero con fichas, a veces un dado y/o tarjetas. No requieren mayor gasto que la compra inicial y una de sus grandes ventajas es que son una alternativa sana al entretenimiento basado en pantallas.

Entre los populares en Argentina destacan los clásicos Carrera de Mente, Catán, Pictionary, Monopoly y Jenga. Mientras, la producción nacional destaca con El Erudito, Amigos de M***, T.E.G. o Días de radio, entre muchos otros.

Existen diversos estudios que resaltan los beneficios de los juegos de mesa, especialmente para los niños. Entre ellos se encuentra el mejoramiento de la concentración, enseñan a los niños a respetar las normas, desarrollar capacidades intelectuales (análisis, evaluación de recursos o riesgos), fomentan el trabajo en grupo y la toma de decisiones.

No obstante, también son provechosos para los adultos que a través de esta actividad lúdica ponen a prueba habilidades, conocimientos y además les ofrece un espacio de interacción social.

Los especialistas destacan que los juegos de mesa y los videojuegos no son excluyentes (de hecho hay versiones electrónicas muy populares) y sus beneficios son complementarios. Es decir, se puede generar un tiempo de calidad con amigos o familiares con ambos, solo que cada uno tiene sus características y momentos específicos y la experiencia es diferente.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Cómo prevenir y combatir el acné

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]El acné es una afección de la piel muy común en adolescentes y adultos jóvenes. Está relacionada con la actividad hormonal que comienza a desarrollarse con la pubertad, aunque tiene un factor genético que también influye.

Ocurre cuando los folículos pilosos se llenan de grasa y células muertas de la piel. Suele ser más frecuente en la cara, pero también se manifiesta en otras partes del cuerpo como el pecho, cuello, hombros o espalda.

Aparecen en forma de puntos negros, blancos o rojos, varían de tamaño y en algunos casos pueden hasta ocasionar infecciones. Aunque es típico de la adolescencia, no es extraño verlo en bebés o en personas mayores de 30 años, en este último caso asociado al uso de píldoras anticonceptivas, el embarazo, estrés o algún tipo de medicación.

Algunos psicólogos recomiendan a los padres prestar atención al impacto emocional del acné en sus hijos adolescentes. En ocasiones la aparición de esta afección puede influir en la percepción de aceptación social y puede ser la chispa de arranque del aislamiento o la depresión.

Si bien es difícil de prevenir, en el sentido de que los factores que los causan no son 100%controlables, algunas medidas pueden ayudar. La primera de todas es lavar la piel para reducir el exceso de grasa y las células de la piel muertas. En segundo lugar, si se usa maquillaje, evitar aquellos productos que bloquean los poros.
Como es prácticamente inevitable que aparezca, una acción clave es evitar que empeore. Eso se puede lograr con medidas como el lavado de la piel dos veces al día con un jabón suave. Además, es importante no apretar, rascar, escarbar o frotar los granos, principalmente para evitar infecciones.En el caso de uso de maquillaje, este debe removerse antes de dormir.

Existen muchos mitos asociados a esta afección, los más comunes relacionados con la comida. Los estudios muestran que ni el chocolate ni el consumo de grasas inciden. No obstante, algunas investigaciones recomiendan regular la ingesta de carbohidratos. Otra de las creencias comunes es que se produce por falta de limpieza. Más allá de la normal higiene diaria, lavar en exceso la cara para evitar o combatirlo tiene un efecto contrario.

Aunque el acné es una de las enfermedades cutáneas más frecuentes, no se debe descartar recurrir a un especialista si es muy recurrente, ocasiona infecciones u otro tipo de incomodidades en la piel. Los profesionales de la dermatología le recomendarán un tratamiento adecuado, por lo general basado en exfoliación de la piel, bactericidas tópicos, antibióticos tópicos u orales, tratamientos hormonales, entre otros.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

El valor de la solidaridad

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]La solidaridad es un valor que se caracteriza por la colaboración con individuos o grupos para ayudarlos a superar situaciones de crisis que pueden ir desde hechos personales hasta desastres naturales, enfermedades o conflictos bélicos.

Es un acto que se puede realizar hacia cualquier persona (familia, amigos, vecinos, desconocidos) y que busca prestar un apoyo a quien se encuentra atravesando una circunstancia adversa. Además, se puede expresar de distintas maneras que van desde lo material (como los donativos) hasta el trabajo voluntario.

La solidaridad es considerada una virtud que nos acerca a personas que necesitan una mano amiga en su vida. En Argentina todos los 26 de agosto se celebra el Día de la Solidaridad, fecha en que nació la Madre Teresa de Calcuta, un ejemplo de entrega por los necesitados. Por su parte, la ONU acordó hacer una celebración similar, pero el día 20 de diciembre.

Este valor está asociado con la empatía, es decir, la habilidad emocional de ponerse en el lugar del otro y de actuar para colaborar. No es solamente un acto individual, también es común ver a las empresas realizando acciones solidarias, así como a las Organizaciones no Gubernamentales y las religiosas. Muchas de ellas se enfocan en necesidades específicas, por ejemplo, ayudas a las personas con adicciones, a los más pobres, a los niños, etc.

La solidaridad se puede enseñar a los niños desde muy pequeños. Los expertos señalan que desde los 2 años ya tienen una conciencia sobre la existencia de otras personas y se les pueden asignar tareas de colaboración. Una clave también es involucrar al niño en actividades de ayuda con la familia, también leerle historias o hacer juegos que tengan esa enseñanza.

Como adultos hay distintas formas de ser solidarios dentro de la familia o la comunidad. Una forma muy frecuente es donando objetos como ropa, muebles, libros, etc. También aportando dinero a causas debidamente identificadas (a través de organizaciones) o personas con necesidades específicas.
Otra manera también es poner al servicio de otros nuestro tiempo para colaborar en algo que sepamos hacer. Apoyo escolar para niños, cocina en un merendero o dedicándose a la atención de emergencias como personal de bomberos o Defensa Civil.

Por otro lado, diversos estudios muestran que la solidaridad aporta beneficios para la salud mental y el bienestar psicológico, pues mejora la autoestima y ayuda a desarrollar las habilidades sociales. Además, contribuye a la integración social, el alivio de miedos o ansiedades y la adquisición de conocimientos y habilidades.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

El rol de los abuelos en la crianza de los hijos

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]El encuentro generacional que ocurre entre nietos y abuelos es uno de los vínculos familiares que pueden ser una parte importante en la crianza. Esa conexión establece un lazo entre el pequeño y el adulto mayor que depende de muchos factores como la edad, la cercanía geográfica, la frecuencia del contacto o el género.

El rol que los abuelos asumen varían de familia en familia, pero en términos generales son claves para contribuir con su experiencia en momentos de crisis familiar, cuidar de los niños cuando los padres no pueden hacerlo, transmitir valores y la historia familiar, apoyo en la rutina diaria e incluso un respaldo ante un divorcio o una separación.

Existen varias formas de desarrollar esta relación y suele estar marcada por el estilo que le dan los adultos. Por ejemplo, el estilo formal, donde los abuelos cuidan y ejercen control y autoridad, sin ser un sustituto de la figura paternal. Así mismo, el informal, donde sin un perfil de autoridad la relación es esporádica y relajada.
En otros casos y por diversas razones los abuelos pueden sustituir a uno o ambos padres, un rol donde se ejerce una influencia mucho mayor sobre la crianza.

Los expertos recomiendan que se tengan en cuenta algunos límites para el bienestar de toda la familia. Una de las sugerencias es que la participación no sea una sobrecarga para el adulto mayor, que respete sus tiempos y capacidades.

Si la dinámica familiar lo permite, debe tenerse en cuenta que el rol de los abuelos en la crianza es complementaria pues la responsabilidad principal recae sobre los padres. Los adultos mayores deben contar con su espacio propio, su tiempo para las actividades que disfrutan y para mantener su salud.

Los niños que se educan teniendo la figura del abuelo y la abuela muy presente en su día a día, crecerán teniendo una base emocional muy importante porque tienen un peso muy grande en la formación de la personalidad y el carácter de los pequeños, de acuerdo con los especialistas. Además, se considera a los abuelos como los mejores cuidadores de los hijos después de los padres por el gran vínculo emocional que existe.

Ser abuelos es importante para los mismos adultos mayores, debido a que es una forma de sentirse integrados, incrementando el bienestar, el sentimiento de utilidad y disminuyendo el sentimiento de soledad. Diversos estudios muestran que el rol de abuelos es vínculo entre su pasado y su futuro dotando de otra dimensión esta etapa de la vida.

En fin, este rol debe significar una gran oportunidad de establecer una relación privilegiada con una nueva generación, basada en los afectos, la confianza mutua y la comunicación abierta, para fortalecer lazos de la unión familiar.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Videojuegos y niños, cómo establecer límites sanos

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]La mayoría de los niños y adolescentes en la actualidad tiene acceso a algún tipo de videojuego. La expansión de esta industria presente en simultáneo en las consolas, las computadoras y los teléfonos, supone para los padres un reto importante al momento de establecer límites sanos que eviten distracciones de las actividades escolares o problemas mayores.

En 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó por primera vez en su lista de enfermedades a la adicción a los videojuegos. Ese mismo año, una encuesta del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, indicaba que 47% de quienes consumen videojuegos en territorio bonaerense tiene entre 12 y 18 años y juegan un promedio de 3 horas diarias.

No cabe duda que son un elemento presente en la vida de muchas familias, por lo que es importante conocer cómo hacer que ese entretenimiento no se convierta en un problema en el hogar. Una regla importante en la que coinciden todos los especialistas es que el tiempo para jugar sea después de terminar las tareas escolares o domésticas.

Además, la distribución de las horas en videojuegos debe ser diferente en los días de clases y en los fines de semana. Por ejemplo, los mayores de seis años no deben pasar más de una hora en días escolares y 2 horas en días no escolares; y los niños menores de 6 años hasta media hora.
Un límite importante es establecer un día libre de videojuegos y allí es clave encontrar otras actividades de esparcimiento, especialmente con el resto de la familia o con otros niños.

Por otro lado, los padres deben conocer cada juego que sus hijos usan. Así, y de acuerdo con la edad, podrán saber si tienen algún tipo de contenido inadecuado, sobre el que deban conversar o sencillamente no permitir. Como ocurre con las películas y las series, cada juego tiene una clasificación que se puede ver en las etiquetas del estuche, en las páginas web de descarga y en las tiendas de aplicaciones.

En cuanto a los juegos en línea, además de saber de qué se tratan, los padres deben estar atentos a qué personas interactúan en ellos y si implica algún riesgo o cuidados adicionales.

Aunque los videojuegos están presentes en distintos dispositivos, los expertos recomiendan no instalar la consola ni la computadora en la habitación. Consideran que esto favorece el aislamiento social y altera las rutinas. El mejor lugar sería el living u otro espacio común de la casa.

Todas estas reglas es necesario conversarlas con el niño o adolescente, para que tenga claro por qué se establecen. Pueden escribirse en un lugar visible, especialmente para los más pequeños y ser de cumplimiento mutuo para que funcionen.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Adopción, alternativa para la paternidad

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]Los grandes cambios que en los últimos años han ocurrido en la sociedad mundial y en la de nuestro país, han tocado también la estructura, funcionamiento y valores de la familia; y allí se expresan muchas variantes que poco a poco van ganando espacio, como es el caso de la adopción.

Una alternativa por la que optan quienes quieren ampliar su familia, independientemente de que puedan o no concebir hijos biológicos. Es más enfocarse en darle la oportunidad a un niño de crecer dentro de un ambiente familiar, con el que no cuenta por una cantidad muy variada de circunstancias.

La adopción no es algo nuevo, pero sí es novedoso algunos ajustes en las leyes que han abierto el campo para que cada vez más niños puedan tener un hogar. En Argentina lo relacionado con este tema se rige por el Código Civil y Comercial de la Nación, que establece las condiciones en que se puede solicitar.

La adopción puede ser solicitada por un matrimonio (del mismo sexo o de difrentes sexos), los integrantes de una unión convivencial, una persona soltera, viuda o divorciada. Lo que se pide es tener 25 años de edad, ser argentino, naturalizado o con cinco años de residencia e inscribirse en Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos.

Los expertos coinciden en que no existe una preparación que sirva para todos los casos, pero en términos generales recomiendan contar con el apoyo de un profesional que brinde la asesoría legal y psicológica que se requiere. También es clave hablar con familias que ya hayan adoptado, para conocer la experiencia, los procesos y detalles de interés.

Es un tema delicado y una decisión que requiere determinación, pero que a largo plazo es una opción de paternidad que brinda beneficios emocionales amplios y ayuda a miles de personas a contar con una familia.

Psicológicamente los padres adoptivos suelen tener una satisfacción muy grande, les brinda la experiencia de criar a un niño y supone la superación de un obstáculo en el caso de quienes no pudieron o no tuvieron la oportunidad de procrear.

Por otro lado, le provee a los niños la posibilidad de contar con una familia, crecer sanamente, una opción que tal vez no tendrían con su familia de origen. La empatía con este nuevo miembro de la familia, dependiendo de la edad, se va formando progresivamente.

Se pueden presentar situaciones de temor o rechazo, ira, actitud desafiante o agresividad, o regresiones, pero cuando los adultos saben cómo proceder, todas estas dificultades suelen transformarse en fuertes vínculos amorosos y felices. De allí la clave de un acompañamiento profesional que ayude a facilitar la transición.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Yoga, un ejercicio interno y externo

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]Cuerpo, mente y respiración conectados es la parte central del yoga, una práctica cada vez más popular entre personas de todas las edades y que tiene su origen en India en una rutina vinculada con la espiritualidad, pero que hoy en día cobra fuerza como un ejercicio integral.

Se basa en una serie de posturas físicas, ejercicios de respiración y meditación, que se ha demostrado tiene efectos reales en la salud física y mental. Su historia se remonta a miles de años según se ve en antiguas escrituras hindúes.

La palabra yoga, viene de la raíz sánscrita yuj que significa unir, sujetar, centrar la atención en uno mismo “mediante posturas de paz”. Existen al menos siete modalidades de esta práctica y la más extendida es la que se conoce como hatha yoga.

El objetivo de esta versión es incrementar la energía vital y eliminar las causas de la mala salud a través de las asanas, posturas físicas acompañadas de acciones mentales y usa la figura en movimiento para la meditación.

Una de las grandes ventajas del yoga es que se puede practicar tanto al aire libre como en casa y la única herramienta que requiere es un mat o pequeña colchoneta rectangular que es el espacio donde se realizan los movimientos. Se puede hacer en grupo o de manera individual y existen muchos instructores en academias, así como reconocidos guías que publican sus lecciones en internet en video o a través de aplicaciones.

No es necesaria una vestimenta específica y basta con usar ropa cómoda, de hecho se practica sin zapatos. Es recomendable comer al menos dos horas antes de iniciar la rutina y puede acompañarse de música específica para relajarse, sonidos de cuencos o completamente en silencio.

En Argentina hay jardines y escuelas que lo han implementado como parte de las actividades en distintos niveles con resultados favorables y que se mantuvieron en algunos establecimientos durante la pandemia vía online. Además, hay esfuerzos de distintas organizaciones por profesionalizar esta práctica y expandir así sus beneficios.

Otra de las ventajas de practicar yoga es que lo pueden hacer desde niños muy pequeños hasta adultos mayores, ya que no es una rutina de impacto, ayuda a fortalecer el bienestar en general y tiene palpables beneficios para todas las edades. No obstante, algunas condiciones físicas requieren de ayuda médica para dedicarse a esta actividad y es importante siempre estar en contacto con los profesionales.

La lista de efectos positivos es larga, pero está demostrado que es útil para reducir los niveles de presión arterial y la frecuencia cardíaca; ayuda a relajarse (mental y físicamente), mejorar la autoconfianza; reduce el estrés, optimiza la coordinación y la concentración; contribuye a combatir el insomnio y ayuda a la digestión.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Resiliencia, salir más fuerte de las crisis

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]Hay un juguete que es muy útil para ilustrar la forma en que enfrentamos las crisis de nuestras vidas. Se trata del resorte. Si prestamos atención, cuando lo lanzamos escaleras abajo se doblará en cada peldaño hasta llegar al final sin romperse ni cambiar su forma. Algo similar pasa si lo estiramos.

Con esa imagen en la mente, podemos pensar en lo que es la resiliencia, es decir, el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a una tragedia, un trauma o fuentes de tensión significativas, sin que ello nos transforme de una manera negativa.

La psicología lo aborda desde dos perspectivas. Por un lado la preventiva, es decir, trabajar en formar una personalidad resiliente y, por otro, la terapéutica, que consiste en el acompañamiento para superar las crisis.

La Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) señala que “la resiliencia no es una característica que la gente tiene o no tiene. Incluye conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona”.

Son muchos los factores que influyen en que una persona desarrolle las cualidades resilientes y por eso se observan las diferencias en la forma que cada individuo aborda las crisis que va trayendo la vida.

Sin embargo, los expertos coinciden en que es posible desarrollar fortalezas del carácter que, cuando la situación lo requiere, se traducen en resiliencia. Algunas de esas estrategias están relacionadas con la creatividad y flexibilidad para afrontar los cambios, encontrar bienestar en distintas actividades o vínculos sociales, proactividad, disposición al perdón, empatía y espiritualidad.

El grado de resiliencia es diferente en cada individuo, pero a la vez cambia constantemente con cada etapa de la vida, se adapta a las vivencias cotidianas y se pone a prueba en los sucesos extraordinarios que pueden ser tan variados experiencias personales o colectivas (como las pandemias, desastres naturales, conflictos socioeconómicos, etc).

Podemos encontrar la forma de afrontar estas situaciones de distinta manera: estableciendo relaciones significativas, evitar ver las crisis como obstáculos insuperables, aceptar que hay experiencias que no están en nuestras manos controlar, no ignorar los problemas, buscar estrategias de crecimiento personal, mantener los cuidados físicos y mentales.

No obstante, sabemos que no siempre es fácil encontrar ese camino hacia la adaptación y la fortaleza por lo que la ayuda profesional funciona como una opción adecuada para darnos una mano y lidiar con el sufrimiento, desarrollar fortalezas y seguir adelante.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Las mejores frutas y verduras para comer en primavera

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]Sabemos que cada estación tiene sus particularidades. Lo que más solemos notar son los cambios en la temperatura, pero al ir al súper o la verdulería también podemos notar que estamos en otra temporada. En cada momento del año veremos frutas y verduras diferentes y son las que corresponden a la época, que vienen cargadas de frescura y beneficios para nuestra salud.

En primavera en la Argentina, es decir del 21 de septiembre al 21 de diciembre, vemos de vuelta a las góndolas algunas frutas y verduras propias de esta estación y vemos otras que tal vez están todo el año, pero que como se producen en esta temporada, tienden a ser más frescas.

Estamos hablando de frutas como ananá, frutillas, limones, manzanas, naranjas y de verduras y hortalizas como acelga, apio, arvejas, habas, puerro, remolacha y zapallito. A pesar de la inflación, durante su época natural los productos del campo suelen tener precios menos elevados y en el caso de los que se cosechan en el país, es posible encontrar combos u ofertas que se pueden aprovechar.

Los expertos recomiendan consumir al menos 400 gramos diarios de frutas y verduras, distribuidas en las tres comidas o incluso como parte de las meriendas y resaltan que si se trata de aquellas que corresponden con la temporada, es mucho mejor ya que su valor nutricional es mayor.

Hay que prestar mucha atención a que realmente estemos comprando alimentos frescos. Por ejemplo, las hojas de la acelga deben estar de color verde intenso, al igual que la espinaca. Las flores del coliflor deben verse bien blancas, sin manchas, firmes y compactas. La remolacha con raíces uniformes, piel lisa y suave; y el zapallito verde debe lucir brillante, de consistencia firme y sin rajaduras.

Por otro lado, tenemos frutas como el ananá o piña, que debemos verificar que su color de la piel tienda al amarillo o dorado, con sus hojas bien verdes. En el caso de la frutilla, su coloración intensa revela su frescura y es una de las más consumidas en primavera.

Las frutas y verduras de temporada son más saludables, porque su producción suele ser más natural, ya que se cultivan sin necesidad de fertilizantes adicionales en el suelo para forzar su crecimiento.

Las cualidades nutricionales, sabor, olor y textura de las frutas y verduras de temporada son mayores, pues están dentro de su tiempo natural y su cosecha no es forzada, un detalle clave que afecta su grado de madurez, un factor vital en la conservación de sus azúcares y vitaminas.

Además, esta es también una forma de contribuir con el medio ambiente, porque se respeta el ciclo natural de los cultivos, permitiendo una producción ecológica y sostenible.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Claves para lidiar sanamente con el estrés

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]Las situaciones a las que estamos expuestos cada día pueden generar una respuesta de nuestro cuerpo y mente de manera distinta. Desde algo rutinario que nos exige mucho o eventos que nos demandan cambios, pueden ser los desencadenantes del estrés que tiene diversas formas de manifestarse.

Los especialistas definen el estrés como cualquier exigencia que produzca un estado de tensión en el individuo y que pida un cambio o adaptación por parte del mismo. Puede ser algo momentáneo como al pisar el freno ante un obstáculo imprevisto cuando conducimos el auto o crónico cuando la tensión emocional y física se prolonga en el tiempo.

Es algo a lo que tenemos que prestar atención a lo largo de nuestra vida y enfrentarlo de la manera más sana posible. Incluso puede ocurrir que tu cuerpo y mente estén dándote señales y que pasen inadvertidas.

Cuando el estrés es crónico el estado de alerta se mantiene incluso cuando no hay peligro. Esto puede causar incremento de la presión arterial, insuficiencia cardiaca, diabetes, dolores de cabeza, obesidad, depresión, problemas dermatológicos, cansancio, alteración del sueño, entre otras dolencias.

En la Argentina y en el contexto de la pandemia de coronavirus, 7 de cada 10 personas manifestaba estar experimentando estrés. Una situación que no es muy diferente en otras partes del mundo. Entonces ¿cómo lidiar sanamente con el estrés? Hay muchas estrategias y aquí te contamos algunas:

- Tomá conciencia. Es clave darse cuenta y reconocer que el estrés está afectando a tu bienestar. Ese es el punto de partida para tomar acciones que no sean una solución temporal sino una herramienta duradera.

- Aire libre y ejercicio. Está científicamente probado que la actividad física reduce los niveles de estrés, porque el cerebro libera químicos que ayudan a la relajación. También es una forma de liberar energía reprimida Podés hacer algo al aire libre como caminar, manejar bici, patinar o algo también gym. Existen algunas otras prácticas mucho más enfocadas en el bienestar físico y mental como el Tai Chi, Yoga y Pilates, que también podés considerar.

- Cuidá lo que comés. Una dieta saludable es una recomendación general, pero hay algunos alimentos que te pueden echar una mano en cuanto al manejo del estrés. Por ejemplo, los frutos secos. Un puñado diario aumenta la segregación de serotonina, una de las “hormonas de la felicidad”. También es útil el chocolate negro que reduce los niveles de cortisol (hormona relacionada con el estrés) y libera endorfinas. Eso sí, procurá que sea chocolate negro (70% de cacao o más) y come unos 40 gramos diarios.

- Evitá las salidas complicadas. Al encontrarnos en estados de estrés existe la posibilidad de buscar vías de escape, que complican más la situación. Estamos hablando de consumos que se pueden tornar problemáticos como comer en exceso o de forma no saludable, ingerir bebidas alcohólicas o drogas.

- Pedí ayuda. Enfrentar las situaciones difíciles siempre es más fácil en compañía. Bien sea que busqués apoyo en algún amigo, familiar o en algún profesional. No descartes esta opción si sentís que se te hace muy cuesta arriba en solitario.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]