Sabemos que cada estación tiene sus particularidades. Lo que más solemos notar son los cambios en la temperatura, pero al ir al súper o la verdulería también podemos notar que estamos en otra temporada. En cada momento del año veremos frutas y verduras diferentes y son las que corresponden a la época, que vienen cargadas de frescura y beneficios para nuestra salud.
En primavera en la Argentina, es decir del 21 de septiembre al 21 de diciembre, vemos de vuelta a las góndolas algunas frutas y verduras propias de esta estación y vemos otras que tal vez están todo el año, pero que como se producen en esta temporada, tienden a ser más frescas.
Estamos hablando de frutas como ananá, frutillas, limones, manzanas, naranjas y de verduras y hortalizas como acelga, apio, arvejas, habas, puerro, remolacha y zapallito. A pesar de la inflación, durante su época natural los productos del campo suelen tener precios menos elevados y en el caso de los que se cosechan en el país, es posible encontrar combos u ofertas que se pueden aprovechar.
Los expertos recomiendan consumir al menos 400 gramos diarios de frutas y verduras, distribuidas en las tres comidas o incluso como parte de las meriendas y resaltan que si se trata de aquellas que corresponden con la temporada, es mucho mejor ya que su valor nutricional es mayor.
Hay que prestar mucha atención a que realmente estemos comprando alimentos frescos. Por ejemplo, las hojas de la acelga deben estar de color verde intenso, al igual que la espinaca. Las flores del coliflor deben verse bien blancas, sin manchas, firmes y compactas. La remolacha con raíces uniformes, piel lisa y suave; y el zapallito verde debe lucir brillante, de consistencia firme y sin rajaduras.
Por otro lado, tenemos frutas como el ananá o piña, que debemos verificar que su color de la piel tienda al amarillo o dorado, con sus hojas bien verdes. En el caso de la frutilla, su coloración intensa revela su frescura y es una de las más consumidas en primavera.
Las frutas y verduras de temporada son más saludables, porque su producción suele ser más natural, ya que se cultivan sin necesidad de fertilizantes adicionales en el suelo para forzar su crecimiento.
Las cualidades nutricionales, sabor, olor y textura de las frutas y verduras de temporada son mayores, pues están dentro de su tiempo natural y su cosecha no es forzada, un detalle clave que afecta su grado de madurez, un factor vital en la conservación de sus azúcares y vitaminas.
Además, esta es también una forma de contribuir con el medio ambiente, porque se respeta el ciclo natural de los cultivos, permitiendo una producción ecológica y sostenible.