Donar sangre, una forma de compartir la vida

Donar sangre es una forma de compartir la vida debido a que las transfusiones son claves para el tratamiento de determinadas enfermedades y porque son la única forma de ayudar en casos de extrema gravedad donde se haya producido una hemorragia.

Todos tenemos más o menos cinco litros de sangre circulando por nuestro cuerpo gracias al impulso que le da el corazón. Más de la mitad de la sangre es un líquido llamado plasma donde están suspendidas las plaquetas, los glóbulos rojos y los glóbulos blancos.

Esos componentes cumplen funciones vitales, por lo que al perder grandes cantidades de sangre se pone en peligro a la persona. Por ejemplo, las plaquetas son claves para la coagulación y los glóbulos rojos llevan el oxígeno a todas las células del organismo.

Las transfusiones son necesarias en muchas situaciones, algunas relacionadas con enfermedades y otras con accidentes. Los pacientes oncológicos suelen requerirlas para el tratamiento de anemias que se generan a consecuencia de las quimioterapias.

Otro caso es el de las intervenciones quirúrgicas. Es muy común escuchar que se buscan dadores de sangre para personas que serán operadas, pues así se tienen de respaldo en caso de que pierda mucha sangre en el quirófano.

Evidentemente en casos de accidentes graves donde las personas pueden llegar a perder mucha sangre en corto tiempo o porque tuvieron que esperar para ser rescatadas, es de lo más urgente que cuente con una provisión de sangre.

Los expertos estiman que 90% de las personas necesitarán una transfusión de sangre en algún momento de su vida, por lo que donar es prácticamente una contribución como dice el viejo dicho: “Hoy por ti, mañana por mí”.

Siempre se necesitan donantes de sangre porque una vez que se extrae tiene un tiempo de vida útil limitado, por lo que los bancos de sangre necesitan mantener una rotación constante para contar siempre con este recurso.

Los requisitos para ser donante de sangre son muy sencillos. Solo debes tener entre 18 y 65 años de edad, pesar más de 50 kilos, gozar de buen estado de salud, tener valores de presión arterial dentro de los límites adecuados, no haber padecido alguna enfermedad en los últimos siete días, no estar embarazada o amamantando.

Existen algunas condiciones que hacen excluyente la donación como haber tenido hepatitis antes de los 11 años, haberse colocado un piercing o un tatuaje hace más de un año o quien se haya operado o practicado una endoscopia en el último año.

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