El acné es una afección de la piel muy común en adolescentes y adultos jóvenes. Está relacionada con la actividad hormonal que comienza a desarrollarse con la pubertad, aunque tiene un factor genético que también influye.
Ocurre cuando los folículos pilosos se llenan de grasa y células muertas de la piel. Suele ser más frecuente en la cara, pero también se manifiesta en otras partes del cuerpo como el pecho, cuello, hombros o espalda.
Aparecen en forma de puntos negros, blancos o rojos, varían de tamaño y en algunos casos pueden hasta ocasionar infecciones. Aunque es típico de la adolescencia, no es extraño verlo en bebés o en personas mayores de 30 años, en este último caso asociado al uso de píldoras anticonceptivas, el embarazo, estrés o algún tipo de medicación.
Algunos psicólogos recomiendan a los padres prestar atención al impacto emocional del acné en sus hijos adolescentes. En ocasiones la aparición de esta afección puede influir en la percepción de aceptación social y puede ser la chispa de arranque del aislamiento o la depresión.
Si bien es difícil de prevenir, en el sentido de que los factores que los causan no son 100%controlables, algunas medidas pueden ayudar. La primera de todas es lavar la piel para reducir el exceso de grasa y las células de la piel muertas. En segundo lugar, si se usa maquillaje, evitar aquellos productos que bloquean los poros.
Como es prácticamente inevitable que aparezca, una acción clave es evitar que empeore. Eso se puede lograr con medidas como el lavado de la piel dos veces al día con un jabón suave. Además, es importante no apretar, rascar, escarbar o frotar los granos, principalmente para evitar infecciones.En el caso de uso de maquillaje, este debe removerse antes de dormir.
Existen muchos mitos asociados a esta afección, los más comunes relacionados con la comida. Los estudios muestran que ni el chocolate ni el consumo de grasas inciden. No obstante, algunas investigaciones recomiendan regular la ingesta de carbohidratos. Otra de las creencias comunes es que se produce por falta de limpieza. Más allá de la normal higiene diaria, lavar en exceso la cara para evitar o combatirlo tiene un efecto contrario.
Aunque el acné es una de las enfermedades cutáneas más frecuentes, no se debe descartar recurrir a un especialista si es muy recurrente, ocasiona infecciones u otro tipo de incomodidades en la piel. Los profesionales de la dermatología le recomendarán un tratamiento adecuado, por lo general basado en exfoliación de la piel, bactericidas tópicos, antibióticos tópicos u orales, tratamientos hormonales, entre otros.