El valor de la solidaridad

La solidaridad es un valor que se caracteriza por la colaboración con individuos o grupos para ayudarlos a superar situaciones de crisis que pueden ir desde hechos personales hasta desastres naturales, enfermedades o conflictos bélicos.

Es un acto que se puede realizar hacia cualquier persona (familia, amigos, vecinos, desconocidos) y que busca prestar un apoyo a quien se encuentra atravesando una circunstancia adversa. Además, se puede expresar de distintas maneras que van desde lo material (como los donativos) hasta el trabajo voluntario.

La solidaridad es considerada una virtud que nos acerca a personas que necesitan una mano amiga en su vida. En Argentina todos los 26 de agosto se celebra el Día de la Solidaridad, fecha en que nació la Madre Teresa de Calcuta, un ejemplo de entrega por los necesitados. Por su parte, la ONU acordó hacer una celebración similar, pero el día 20 de diciembre.

Este valor está asociado con la empatía, es decir, la habilidad emocional de ponerse en el lugar del otro y de actuar para colaborar. No es solamente un acto individual, también es común ver a las empresas realizando acciones solidarias, así como a las Organizaciones no Gubernamentales y las religiosas. Muchas de ellas se enfocan en necesidades específicas, por ejemplo, ayudas a las personas con adicciones, a los más pobres, a los niños, etc.

La solidaridad se puede enseñar a los niños desde muy pequeños. Los expertos señalan que desde los 2 años ya tienen una conciencia sobre la existencia de otras personas y se les pueden asignar tareas de colaboración. Una clave también es involucrar al niño en actividades de ayuda con la familia, también leerle historias o hacer juegos que tengan esa enseñanza.

Como adultos hay distintas formas de ser solidarios dentro de la familia o la comunidad. Una forma muy frecuente es donando objetos como ropa, muebles, libros, etc. También aportando dinero a causas debidamente identificadas (a través de organizaciones) o personas con necesidades específicas.
Otra manera también es poner al servicio de otros nuestro tiempo para colaborar en algo que sepamos hacer. Apoyo escolar para niños, cocina en un merendero o dedicándose a la atención de emergencias como personal de bomberos o Defensa Civil.

Por otro lado, diversos estudios muestran que la solidaridad aporta beneficios para la salud mental y el bienestar psicológico, pues mejora la autoestima y ayuda a desarrollar las habilidades sociales. Además, contribuye a la integración social, el alivio de miedos o ansiedades y la adquisición de conocimientos y habilidades.

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