Bienestar

De pareja a padres, un cambio vital

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]El primer bebé marca el inicio de una nueva era para las parejas. La familia crece y ahora es un hogar de tres lo que tiene un impacto emocional y una transición en la relación. La transformación de pareja a padres involucra un aprendizaje basado en un proyecto común.

Ambos integrantes de la pareja tendrán que asumir un rol en un terreno hasta ahora desconocido. Esto implica cambios en la atención del uno al otro y su combinación con las actividades que giran alrededor de las necesidades del recién nacido.

Es un camino difícil de transitar, pero con voluntad y buena comunicación se puede encontrar la ruta para evolucionar en el rol de padres sin descuidar la pareja.
Entre los problemas más comunes se encuentran la falta de tiempo u organización para ocuparse de las tareas cotidianas, la idea de que se renuncia a la intimidad, la diversión o el buen descanso; la distribución de las responsabilidades; así como la autoexigencia o la presión para desenvolverse lo mejor posible.

Los expertos recomiendan que el cuidado de la pareja sea lo siguiente en la lista de prioridades después del cuidado del bebé. Un punto importante es que ambos entiendan que ya no será posible seguir el ritmo de vida en pareja como era previo a la llegada de los niños. Así, hay que reconfigurar los momentos de pareja, que obviamente irán variando conforme los hijos van creciendo. En ese sentido, pueden ir desde compartir un café a solas hasta un viaje de vacaciones.

Los psicólogos recomiendan enfocar este estreno en el mundo de la paternidad como un proyecto común, donde cada parte aporta y entre ambos contribuyen al bienestar de los tres. Se trata de hacer equipo, lo que implica armonizar las concepciones sobre los roles, la crianza y el papel de la familia extendida. El diálogo y la planificación son herramientas que acompañarán la voluntad de ser buenos padres y una sólida pareja.

Sin duda alguna que una de las rutinas que hay que recomponer tiene que ver con la vida sexual de la pareja. El cansancio, las secuelas del parto y el estrés pueden reducir el deseo en ambos padres el deseo de tener un momento íntimo como antes.

Es claro que después del primer hijo se está en una nueva etapa sexual de la pareja, donde el principal reto es no quedar atrapados en la rutina que supone vivir solo para cubrir las necesidades del bebé. En este sentido es clave la comunicación, prevenir el deterioro de la relación íntima a través de compartir las expectativas y visiones de cada uno. Tampoco se debe descartar pedir ayuda profesional, en caso de que no se aprecie con claridad la ruta para superar esta situación.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Trekking, caminar para disfrutar la naturaleza

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]El trekking consiste en hacer largas caminatas por senderos campestres, especialmente montañas, bosques, selvas o ríos y que requieren algo más de esfuerzo que el senderismo. Es caminar para disfrutar de la naturaleza, con todos los beneficios que eso aporta al cuerpo y la mente.

A diferencia de un paseo por paisajes naturales esta actividad física puede extenderse por más de un día y tomar rutas o caminos distintos a los tradicionales. Además, suele requerir de calzado y algunos equipos claves para que la experiencia sea de calidad.

Es un ejercicio aeróbico, por lo que es beneficioso para el sistema cardiovascular, así como para reducir o controlar el peso. Si se practica en montaña o cerros, la acción de subir y bajar ayuda a tonificar los músculos de las piernas y los glúteos. También fortalece las articulaciones.

Por el lado mental, estar en la naturaleza es de por sí una desconexión con la rutina, lo que contribuye a reducir el estrés, con las ventajas que ello conlleva. Además, si se tiene por costumbre la práctica de la meditación, es idea hacer esa pausa en la caminata para realizarla al aire libre. Otro punto a favor del trekking es que suele hacerse en grupo, lo que sirve para tener un tiempo de calidad con los amigos o la familia.

Para realizar esta práctica es importante tener en cuenta que suele ser extenuante y aquellas personas con alguna condición física como enfermedades cardiacas o musculares, deben realizarse un chequeo médico preventivo o transitar rutas que no los pongan en riesgo.

Otro factor clave es la hidratación, como en cualquier actividad física, pero aquí se añade la prevención, debido a que no siempre en las rutas hay fuentes de agua potable, por lo que es imprescindible llevar una cantidad adecuada. Algo similar pasa con la alimentación que debe adaptarse a la duración del trayecto e incluir comida ligera que proporcione la ingesta calórica y proteica necesaria.

Los elementos que se requieren para practicar el trekking varían de acuerdo con la duración de los trayectos. Por ejemplo, si son varios días, se necesitará una carpa, elementos de cocina y un colchón inflable para descansar. Eso además de una ropa cómoda, una mochila adecuada (lo ideal es una de camping) y calzado especial para el terreno como son las botas o zapatillas diseñadas para estas caminatas. Como en otras prácticas al aire libre es importante contar con protector solar y un botiquín de primeros auxilios.

Del resto solo hay que disponerse a disfrutar de la naturaleza, tomar lindas fotos, conversar con el grupo y relajarse para aprovechar al máximo la desconexión que ofrece una caminata al aire libre.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Cómo ejercitar el cerebro con juegos mentales

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]El deterioro cognitivo avanza con la edad, no obstante es posible ayudar a desacelerar este proceso y una de las estrategias es practicar ejercicios mentales con regularidad. Este tipo de actividades hacen que el cerebro cree nuevas cadenas neuronales que sustituyan otras que vayan muriendo con el paso del tiempo.
Los grandes enemigos de nuestra privilegiada máquina cerebral son el estrés, la falta de sueño reparador, además de la falta de actividad física, la mala alimentación y el consumo de sustancias nocivas como el alcohol o las drogas.

Los juegos mentales mejoran la atención, la memoria, la agilidad mental y la concentración, dedicándose una media hora al día. Sin embargo, no está demostrado que sean una cura contra el deterioro cognitivo, sino más bien como una ayuda para disminuir la velocidad con la que esto ocurre.

Los expertos señalan que no existe ninguna medicina para sanar el deterioro cognitivo, y que los tratamientos que existen se aplican para casos como déficit de vitamina B12, ictus, hipotiroidismo o traumatismos craneales. En esos casos se realiza una estimulación cognitiva controlada guiada por un especialista médico.

En términos generales se recomienda estimular el cerebro con ejercicios de lectura, memoria o cualquier actividad que nos haga mantener la concentración y atención durante un tiempo prolongado.

Algunos especialistas invitan a vivir lo que llaman un "estilo de vida neurosaludable", aprendiendo a cuidar nuestro cerebro e incluyen entre las actividades hacer sudokus, crucigramas, u otro tipo de juegos.

En la actualidad hay múltiples formas de acceder a estas actividades a través de sitios web donde se pueden hacer sin costo, así como aplicaciones o las tradicionales versiones en papel, disponibles en librerías y puestos de periódicos.

También es una actividad que se puede hacer en familia, hay juegos de mesa como el dominó, el ajedrez y otros de memoria o estrategia que son útiles para mantener trabajando el cerebro porque requieren generar soluciones o hacer cálculos, que también representan una forma de hacer gimnasia mental.

Una de las ventajas de los juegos mentales es que se adaptan a cualquier edad y son útiles para mantener un cerebro sano desde la niñez hasta la edad adulta.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Fragilidad ósea, qué es y cómo se previene

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]La fragilidad ósea u osteoporosis es un padecimiento silencioso que afecta cada vez a más personas en Argentina. Es una enfermedad caracterizada por un descenso de la masa ósea, ocurre cuando el cuerpo no es capaz de formar hueso nuevo y hace que las personas que la sufren sean más propensas a las fracturas.

Como consecuencia del aumento de la expectativa de vida y del envejecimiento de la población, los casos de osteoporosis van en aumento. Un estudio estima que el número de fracturas a causa de osteoporosis aumentará en un 34% en la próxima década en Argentina.

Los huesos del cuerpo a nivel molecular están en constante formación y destrucción. La osteoporosis acaba con ese equilibrio y favorece la destrucción ósea. Por naturaleza, la absorción de calcio va debilitándose con el paso de los años, pero cuando una persona padece esta enfermedad el deterioro es tal que ante pequeños golpes ocurran graves fracturas.

Las fracturas más comunes se producen en vértebras, cadera, muñeca, cúbito, radio y húmero.

La osteoporosis tiende a afectar principalmente a personas mayores de 50 años y del sexo femenino, esto debido a la disminución de los niveles de estrógenos como consecuencia de la menopausia, así como el descenso de la testosterona en los hombres.

Inciden también otros factores relacionados con los hábitos de vida como el cigarrillo, trastornos de alimentación, el bajo peso corporal, baja ingesta de calcio en las comidas y el abuso del alcohol.

No hay síntomas que señalen la presencia de la osteoporosis y lamentablemente muchas personas se percatan de que la padecen luego de sufrir una fractura.
Por lo general, los médicos recomiendan realizarse un estudio denominado densitometría ósea, en especial a las personas que por edad y factores de riesgo pueden padecerla. Es importante que las mujeres mayores de 50 años o con antecedentes, la incluyan en sus chequeos anuales.

La forma de prevenir la osteoporosis es llevar una dieta equilibrada, incrementar la ingesta de productos lácteos y practicar ejercicio a diario, hábitos que favorecen tanto a los huesos como a los músculos. El tratamiento incluye medidas de prevención de caídas, integrar la ingesta de calcio y vitamina D.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Leche, riqueza y variedad para la nutrición

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]La leche es uno de los alimentos más antiguos que consumen los seres humanos. Después de la materna, la proveniente de la vaca es la más popular de todas, aunque desde hace unos años es frecuente ver variedades de origen vegetal.

En términos generales el agua es el elemento predominante en su composición (87,8%), seguido de carbohidratos (4,7%), proteínas (3,5%), grasas (3,4%) y minerales (0,6%). Esta composición puede variar dependiendo de su origen y si es completa, descremada o enriquecida.

Además de ser el ingrediente de un sinnúmero de recetas, es también la base de otros productos como el yogurt, quesos, mantequilla, entre otros. El mayor aporte que se le atribuye a la nutrición es el calcio, por lo que su consumo se recomienda para evitar el desgaste de la masa ósea.

La más frecuente es la leche de vaca, pero también se consume la proveniente de la oveja, la cabra, la camella o la búfala.

Por otro lado, la leche provee las proteínas necesarias para reforzar el sistema inmune y mejorar los tejidos. También es fuente de vitamina A, B, D y E.
Su consumo puede ser solo o acompañando el desayuno con panes, cereales, galletas o frutas. La Sociedad Estadounidense de Pediatría recomienda que los niños tomen entre dos y tres vasos al día. En el caso de los adultos la sugerencia es de uno en la mañana y otro en la noche.

Existen tres variedades básicas que se encuentran en las góndolas: entera, con todos sus componentes originales; enriquecida, con nutrientes adicionales (hierro, vitamina K); y descremada o semidescremada, que es baja en grasas y recomendada a partir de los 2 años de edad, pues además tiene menos vitaminas.

En los últimos años han cobrado mucho auge las leches de origen vegetal, como una alternativa de nutrición que no involucre animales, para quienes sean intolerantes a la lactosa, celíacos o con problemas digestivos. Estos productos son ricos en vitamina B, bajos en grasas y libres de gluten.

Las leches vegetales aportan también vitaminas, minerales, fibra y proteínas, entre otros nutrientes, lo que las hacen específicamente beneficiosas para los sistemas nervioso, circulatorio e inmune.

En Argentina es frecuente encontrar las de soja, almendra, maní, arroz y hasta castañas. Aunque todavía son un mercado pequeño en comparación con la leche de origen animal y su costo es mayor, es una tendencia en auge a la que cada vez se suman más consumidores.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Cómo distinguir entre las grasas buenas y malas

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]¿No se suponía que todas las grasas son malas? Esa puede ser una pregunta que salte cuando se plantea que no todas las grasas son negativas para nuestro cuerpo y que es incluso importante incluirlas en nuestra nutrición.

Así como nuestro organismo necesita proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales, necesita de grasas que son una fuente de energía y que además cumplen funciones específicas dentro del cuerpo.

Por ejemplo, las grasas buenas ayudan a absorber las vitaminas A, D, E y K; protegen al cuerpo de las temperaturas extremas y son claves en la salud del cabello y la piel.

Es importante entonces poder distinguir entre las grasas saturadas, las insaturadas y las trans. Las saturadas las encontramos en los alimentos de origen animal y se recomienda controlar su consumo, porque se depositan, entre otros lugares, en las arterias, incrementando el llamado colesterol “malo” (LDL) y el riesgo de sufrir obesidad.
Básicamente los alimentos con grasas saturadas son la mantequilla, las carnes rojas, embutidos, quesos y la leche entera.

Con las grasas trans hay que tener especial cuidado, al punto que los expertos recomiendan evitarlas debido a que además de tener el mismo efecto en las arterias que las saturadas, estas disminuyen los niveles de colesterol bueno (HDL), poniendo más en riesgo la salud.

Las grasas trans están básicamente en los alimentos procesados, pues se generan cuando los fabricantes convierten aceites líquidos en grasas sólidas, es el caso de la manteca, las frituras, la comida rápida o comida congelada También las encontramos en las tortas, las donas y otro tipo de preparaciones.

Por otro lado, tenemos a las grasas insaturadas, a las que se suelen llamar grasas buenas. Estas ayudan al funcionamiento del sistema inmune, mejoran la visión, disminuyen el colesterol malo y sirven para cuidar el corazón y controlar la presión sanguínea.

Hay una variedad de alimentos donde las podemos encontrar, entre ellos las verduras, frutos secos, semillas, pescado, productos de soja, aceites de oliva, maní o canola y en la palta.

Para dejar de lado el consumo de grasas malas es posible hacer sustituciones como por ejemplo consumir más pescado que es rico en omega-3, como salmón, en lugar de carne; elegir carne de aves sin piel y sacar la grasa visible al cocinarlas; y cambiar a snacks naturales como frutas y semillas en lugar de ingerir alimentos procesados.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Los beneficios de practicar natación

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]La natación es considerada como una de las actividades físicas más completas que existen porque pone en movimiento hasta dos tercios de los músculos del cuerpo. Es apta para todas las edades, sin importar las condiciones de salud.

Esta práctica ayuda a mejorar la resistencia, la capacidad cardiorrespiratoria, la fuerza y la elasticidad. De esa forma funciona para prevenir factores de riesgo de muchas enfermedades y también como terapia para distintas afecciones y ayuda a mantener el corazón y los pulmones saludables.

La natación reúne los beneficios cardiovasculares de correr, algunas ventajas musculares del ejercicio de pesas y efectos potenciadores de la resistencia física vinculados a las clases de danza o aerobic. Además, aporta flexibilidad, en especial para las articulaciones de los hombros y la pelvis.

A diferencia de otras actividades como trotar, caminar o correr, nadar ayuda a ejercitar las articulaciones sin riesgo de impacto lo que resulta muy útil para evitar lesiones y para personas con artritis, artrosis, u obesidad.

Por otro lado, en el agua, los músculos trabajan con una carga mayor a la que puede generarse con otros ejercicios, es como entrenar con unas pesas, pero con una resistencia más suave cuando nos desplazamos dentro de la pileta o en el mar.

Un aspecto que se debe tener en cuenta es el estilo de natación que se utilice, ya que cada uno tiene sus características y nos ayuda a ejercitar zonas específicas. Por ejemplo, nadar al estilo mariposa implica un consumo energético muy alto, ideal para el control de peso; mientras que de espalda tiene grandes beneficios para la postura. Cuidar la técnica es importante para evitar lesiones, por eso se recomienda tener asesoría profesional.

Al nadar nos concentramos más en la respiración, lo que produce un efecto de relajación en el cuerpo y con ello la reducción del estrés. Esto es un aporte tanto a nuestro bienestar físico como mental, ya que contribuye a la tranquilidad, a calmar la ansiedad y como parte de las terapias para la depresión.

Cada vez más estudios científicos apuntan que este ejercicio aporta un impulso especial a la salud del cerebro, porque hacerlo de manera regular mejora la memoria, la función cognitiva y el estado de ánimo. Además, contribuye a reparar el daño causado por el estrés y crea conexiones neuronales.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Dormir la siesta, las ventajas de una pausa

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]Detener la marcha del día para dormir por algunos minutos y así reponer fuerzas para continuar la jornada es una de las estrategias saludables que podemos aplicar en nuestro día a día. En parte cultura y en parte un hábito personal, la siesta es una práctica que cada vez demuestra más sus beneficios.

Una encuesta reveló que en promedio los argentinos duermen siestas de 1 hora y 26 minutos, con variaciones a lo largo y ancho del país. Por ejemplo, los fueguinos tienen una media de 45 minutos, mientras que en La Rioja se acerca a las dos horas.

Diversos estudios muestran que los adultos que toman la siesta mejoran su humor y su desempeño, tienen menos fatiga y están más relajados. Sin embargo, también hay que considerar que este descanso no siempre es una opción para todos debido a razones como las características particulares de los empleos o sencillamente no sentirse cómodo durmiendo en un lugar distinto a su cama.

No obstante, para quienes sí tengan la posibilidad es importante tener en cuenta que los expertos recomiendan que esta pausa sea breve, de unos 10 o 20 minutos, de manera de no alterar el sueño nocturno y de evitar la llamada inercia del sueño, es decir, esa sensación de aturdimiento y desorientación cuando nos despertamos.

Una recomendación interesante es que si tienes pensado acompañar la siesta con una taza de café, es mejor tomarla antes, así dormirás durante el tiempo que tarda en activarse la cafeína, por lo que es probable que haga efecto cuando te despierte de una siesta breve, es decir, ese impulso de energía que la caracteriza.

Un estudio de la Universidad de Berkeley mostró que quienes duermen la siesta tienen un mejor rendimiento laboral o académico por las tardes, gracias a que aumentan su capacidad de aprendizaje. Explican que es como resetear el cerebro y así se incrementa la productividad laboral.

Por otro lado, los expertos advierten que la necesidad repentina de tomar siestas puede ser una señal de algún problema de salud, solo en caso de que sea sin razón aparente como un motivo nuevo de fatiga. Es importante consultar con tu médico para determinar si se trata del efecto de algún medicamento, un trastorno del sueño u otro tipo de afección.

Sabemos que no en todos los casos aplica, pero es clave que contemos con un ambiente de descanso adecuado para dormir la siesta: un lugar tranquilo, preferiblemente oscuro y cero distracciones. Al despertar de la siesta, tomate unos minutos para reanudar la rutina, particularmente si tus actividades requieren de respuestas rápidas o agudas.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Viajar, el momento de desconectarse

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]Una frase anónima dice que “viajar es la única cosa que pagas y te hace más rico”. Visitar lugares desconocidos o regresar cada cierto tiempo a esos sitios donde disfrutamos de una manera especial son una forma de enriquecer nuestra vida y de vivir experiencias únicas.

Son muchos los estudios científicos que avalan los beneficios de viajar tanto para nuestra salud física como para el bienestar emocional. La mayoría explica que todo tipo de viaje es positivo sin importar sin importar las distancias recorridas.

Las experiencias que vivimos fuera de casa pueden tener un efecto positivo en nuestra mente al desconectarnos de la rutina diaria y los quehaceres cotidianos. Cada persona tiene gustos distintos y depende de muchos factores, como la personalidad, la edad y la economía, entre otros.

Si el viaje se hace en familia es clave lograr una vivencia de compartir sanamente, distraerse y despejar la mente. Esto incrementa el afecto, suma a la colección de instantes memorables que se compartieron juntos y seguramente nos llena de anécdotas que recordaremos toda la vida.

Unas vacaciones ofrecen también la oportunidad de conocer gente nueva y hacer amistades o sencillamente, tener un encuentro con la forma en que viven las personas en otros lugares, es decir, sus costumbres, sus tradiciones, su comida y su forma de ver la vida.

Ese contacto es otra de las ventajas de viajar porque ofrece la oportunidad para deshacerse de estereotipos y prejuicios, de ver las cosas de otra manera y de darnos cuenta de que nuestro mundo no es el único que existe.

Viajar también es una oportunidad para conocer paisajes, sitios históricos o lugares que son especiales para nuestro país o para nuestra familia. Hay quienes gustan de conocer el lugar donde nacieron los abuelos o crecieron los padres u otro tipo de experiencia familiar.

Por otro lado, viajar te permite ponerte en contacto con paisajes y actividades que tal vez no puedas realizar en el lugar donde vivís, por ejemplo, hacer un caminata de montaña (trekking) o rafting, o sencillamente observar maravillas naturales como las Cataratas de Iguazú o la montaña de los siete colores.

En definitiva, hacer las maletas, emprender el camino y pasar unos días en otro lugar, es una de las formas de relajarse, de reducir el estrés y vivir nuevas experiencias en solitario o en compañía de nuestros seres queridos, vivencias que al contar con el componente emocional, quedarán marcadas en nuestras memorias.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Los beneficios de los frutos rojos

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]El consumo de frutas bien sea solas o como ingrediente para una comida o postre es una de las tendencias de alimentación saludable que más están creciendo recientemente. Dentro de las múltiples opciones que existen se encuentran los llamados frutos rojos.

También conocidos como frutos del bosque o frutas finas, estos pequeños frutos se cosechan de arbustos y en la Argentina se cultiva arándano, frutilla, frambuesa, zarzamora y cereza. Más del 70% de la superficie cultivada se concentra en Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz, aunque también hay pequeñas fincas de frambuesas y zarzamoras en Tucumán, Santa Fe y Buenos Aires.

Cada año desde 1987 se celebra la Fiesta Nacional de la Fruta Fina, un evento que se realiza en la localidad de El Hoyo en Chubut, que por su riqueza en la producción de estos frutos se ganó el reconocimiento de Capital Nacional de la Fruta Fina.

Los frutos rojos son ricos en un tipo de antioxidantes que se conocen como flavonoides, lo que los convierte en grandes antiinflamatorios naturales, es decir, que ayudan a reducir dolores e hinchazón de tipo local y a calmar molestias de tipo crónico como la artrosis o el colon irritable.

Por otra parte, el arándano en específico, tiene la propiedad de ser vasodilatador, un beneficio directo para el sistema circulatorio ya que reduce la presión arterial. También es útil para bajar el llamado “'colesterol malo”', lo que previene problemas cardiovasculares y ataques cardíacos.

Una ventaja adicional de los antioxidantes de las frutas del bosque es que también son útiles para prevenir la degeneración celular y, por tanto, el envejecimiento de la piel. Gracias a ellos la dermis mantiene mejor la hidratación, es más flexible y tonificada.

Y por supuesto que las frutas finas son útiles para mantenerse en forma o sencillamente seguir un régimen alimenticio más saludable.Todas son muy bajas en calorías, lo que las convierte en una opción ideal como snack, postre o merienda. Al ser ricas en fibra, generan sensación de saciedad y regulan los movimientos intestinales, lo que a su vez previene los gases y el estreñimiento.

Los frutos rojos son también una gran fuente de vitaminas. Las frutillas, por ejemplo, son ricas en vitamina C y B, los arándanos en C, y las moras en C y E. Además, contienen muchos minerales como potasio, calcio, hierro o fósforo.

Hay distintas formas de aprovechar todos estos beneficios. El primero es consumiéndolas solas, como merienda o como snack. También funcionan muy bien como acompañantes de un desayuno de cereal o granola con leche o yogurt. Un poco más allá, encontramos preparaciones como mermeladas o tortas, solo que en ese caso hay que tener en cuenta con qué ingredientes se combinan para mantener la esencia del consumo saludable.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]