El consumo de frutas bien sea solas o como ingrediente para una comida o postre es una de las tendencias de alimentación saludable que más están creciendo recientemente. Dentro de las múltiples opciones que existen se encuentran los llamados frutos rojos.
También conocidos como frutos del bosque o frutas finas, estos pequeños frutos se cosechan de arbustos y en la Argentina se cultiva arándano, frutilla, frambuesa, zarzamora y cereza. Más del 70% de la superficie cultivada se concentra en Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz, aunque también hay pequeñas fincas de frambuesas y zarzamoras en Tucumán, Santa Fe y Buenos Aires.
Cada año desde 1987 se celebra la Fiesta Nacional de la Fruta Fina, un evento que se realiza en la localidad de El Hoyo en Chubut, que por su riqueza en la producción de estos frutos se ganó el reconocimiento de Capital Nacional de la Fruta Fina.
Los frutos rojos son ricos en un tipo de antioxidantes que se conocen como flavonoides, lo que los convierte en grandes antiinflamatorios naturales, es decir, que ayudan a reducir dolores e hinchazón de tipo local y a calmar molestias de tipo crónico como la artrosis o el colon irritable.
Por otra parte, el arándano en específico, tiene la propiedad de ser vasodilatador, un beneficio directo para el sistema circulatorio ya que reduce la presión arterial. También es útil para bajar el llamado “’colesterol malo”’, lo que previene problemas cardiovasculares y ataques cardíacos.
Una ventaja adicional de los antioxidantes de las frutas del bosque es que también son útiles para prevenir la degeneración celular y, por tanto, el envejecimiento de la piel. Gracias a ellos la dermis mantiene mejor la hidratación, es más flexible y tonificada.
Y por supuesto que las frutas finas son útiles para mantenerse en forma o sencillamente seguir un régimen alimenticio más saludable.Todas son muy bajas en calorías, lo que las convierte en una opción ideal como snack, postre o merienda. Al ser ricas en fibra, generan sensación de saciedad y regulan los movimientos intestinales, lo que a su vez previene los gases y el estreñimiento.
Los frutos rojos son también una gran fuente de vitaminas. Las frutillas, por ejemplo, son ricas en vitamina C y B, los arándanos en C, y las moras en C y E. Además, contienen muchos minerales como potasio, calcio, hierro o fósforo.
Hay distintas formas de aprovechar todos estos beneficios. El primero es consumiéndolas solas, como merienda o como snack. También funcionan muy bien como acompañantes de un desayuno de cereal o granola con leche o yogurt. Un poco más allá, encontramos preparaciones como mermeladas o tortas, solo que en ese caso hay que tener en cuenta con qué ingredientes se combinan para mantener la esencia del consumo saludable.