La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral que destruye lentamente la memoria y las habilidades de pensamiento y, eventualmente, la capacidad de realizar las tareas más simples. Los síntomas suelen aparecer por primera vez a mediados de los 60 años, aunque en casos muy raros puede manifestarse desde los 30 años.
El alzheimer es la causa más común de demencia entre los adultos mayores. En Argentina es la quinta causa principal de muerte y afecta a más de 300.000 personas. En todo el mundo, unas 44 millones de personas viven este tipo de padecimiento.
La enfermedad lleva el nombre del doctor Alois Alzheimer, quien en 1906 notó cambios en el tejido cerebral de una mujer que había muerto de una enfermedad mental inusual. Sus síntomas incluían pérdida de memoria, problemas de lenguaje y comportamiento impredecible.
Existen señales de alerta que indican la posibilidad de que una persona esté padeciendo esta enfermedad. La principal es la pérdida de la memoria, especialmente de información muy reciente y que afectan la vida cotidiana. Otras señales son la dificultad para planificar o resolver problemas, para tareas habituales en la casa o el trabajo, desorientación de tiempo o lugar, complicaciones con el uso de palabras en el habla o lo escrito y cambios de humor.
Una dura pregunta que enfrentan los pacientes con esta enfermedad es cuánto tiempo de vida tendrán. Los expertos señalan que una detección en una persona de 80 años puede indicar un lapso de supervivencia no mayor a cinco años y en una persona más joven un lapso de 20 años. Esto depende también de cada individuo, sus condiciones de vida, acceso a tratamientos paliativos y otros factores.
A pesar de ser un padecimiento de deterioro neuronal, muchas habilidades se preservan aunque los síntomas empeoren. Así, es posible ver a personas que sufren de Alzheimer leyendo, cantando, dibujando, bailando o realizando actividades manuales. Esto ocurre porque son funciones controladas por una parte del cerebro que se afecta mucho más adelante en el curso de la enfermedad.
Mucho acerca de esta enfermedad está todavía en investigaciones, pero se ha logrado establecer un relación entre el Alzheimer y las afecciones del corazón y los vasos sanguíneos. Por eso los expertos recomiendan estar atentos a las cardiopatías, diabetes, accidentes cerebrovasculares, presión arterial elevada y colesterol alto, como factores de riesgo.
Si bien no existe actualmente un tratamiento para la cura del Alzheimer, su detección temprana sirve para aplicar medicación que alivie los síntomas y que la persona pueda mantener su vida independiente por más tiempo. Otra posibilidad es la opción de participar en ensayos clínicos que están en investigación.