Cómo responder ante la curiosidad infantil

Los niños están cada vez expuestos a una mayor cantidad de estímulos. Las nuevas formas de relacionarnos a través de la tecnología, la publicidad y en general, todo lo que nos rodea, despierta en ellos la natural curiosidad.

Mientras más crecen, más preguntas. Su cerebro está conociendo el mundo y hay muchas cosas llamativas, pero desconocidas. Al poder comunicarse de forma fluida a través del habla, surgen más interrogantes.

Las respuestas que reciban van dándole sentido a su vida interior: es conocimiento que se va integrando a su mente y con ello formando sus primeras concepciones del mundo. Muchos padres sienten temor porque no saben qué responder o se sienten avergonzados por cuestiones relacionadas con el sexo, el aspecto físico de las personas, entre otras.

La curiosidad infantil es un gran estimulante para los niños y los expertos recomiendan prepararse para las responderlas y no reprimirlos, porque es uno de los pilares de su desarrollo intelectual.

Isidor Isaac Rabi, cuyas investigaciones sentaron las bases para la resonancia magnética y que le valieron el Premio Nobel (1944) dijo: “Mi madre me impulsó a ser científico, sin saberlo. Las madres judías en Brooklyn les preguntaban a sus hijos qué habían aprendido en la escuela. Pero mi madre me pedía que le contara cuál había sido la mejor pregunta que yo había hecho cada día”.

Existen algunas claves para atender la curiosidad infantil que se puede resumir de la siguiente manera:

1.- Repreguntar. Se activa con preguntas como ¿por qué me preguntas eso?, ¿a qué te refieres con…?, ¿dónde escuchaste eso? Así se recopila información de lo que está en la mente del niño al momento de expresar su inquietud.

2.- Hablar con la verdad. Al niño no hay que mentirle. Es parte de la construcción de la confianza con los hijos, además de un valor fundamental. A veces el pequeño da con otra respuesta y la mentira queda al descubierto, deteriorando la relación.

3.- Adaptarse a la edad. No necesariamente hay que responder todo sobre un tema. Hay que ir saciando su curiosidad de acuerdo con la evolución de su comprensión y el manejo de información que pueda hacer.

4.- Responder. La evasión no funciona, el pequeño insistirá y ahora tienen muchas herramientas para encontrar respuestas. Lo mejor es que la obtenga de sus padres. Además, no “tercerice la respuesta”. “Búscalo en Google”, “pregúntale a tu mamá”, etc, no son salidas efectivas.

5.- Post respuesta. Una comunicación efectiva incluye el chequeo. “¿Estás conforme con la respuesta?¿Tienes alguna otra duda?”, es una manera de cerrar la consulta, de estimular la conversación y mostrar interés.

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