Bienestar

Consejos para cuidar la salud en primavera

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]La llegada de la primavera le pone color al ambiente. Los árboles que se quedaron sin hojas empiezan a rebrotar y florecer. El frío del invierno va cediendo y se prepara el terreno para el calor del verano. Todo ese entusiasmo que produce esta estación hay que vivirlo también con cuidados de la salud, que a las otras épocas del año.

Lo primero a lo que hay que estar atento en primavera es a la prevención y tratamiento de las alergias. El polen de árboles (como el arce, fresno, olmo o coníferas), las flores y algunas gramíneas, comienza a esparcirse en el ambiente desde fines de agosto y durante septiembre, provocando una reacción alérgica en muchas personas. La Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica, calcula que 2 de cada 10 personas entre 4 y 55 años, se ven afectados por la rinitis alérgica, especialmente en primavera.

Si ya sabés que sufres de esta alergia, es momento de tener a mano los antihistamínicos recomendados por tu médico. Pero si vos o algún integrante de tu familia (en especial los niños) presentan síntomas como picazón en ojos, garganta y nariz, mucosidad abundante, estornudos, es importante que le hagas una visita al médico. Dejando de lado los pañuelos, la primavera es una temporada excelente para sacar provecho de ciertas frutas que solo veremos en las verdulerías en esta época. Los expertos en nutrición recomiendan elegir frutas y verduras de estación porque están más frescas, así que mantienen sus nutrientes (y son más ricas). A esto se agrega que su precio tiende a ser menor que cuando no están en temporada.

En el caso de la primavera en la Argentina estamos hablando de ananá, banana, frutilla y manzana, por el lado de las frutas, y de acelga, alcaucil, coliflor, espinaca, radicheta, remolacha, repollo y zapallito verde, en cuanto a verduras. Es una excelente oportunidad para introducirlas en la dieta familiar o incluso incrementarla si ya están habituados.

Uno de los cambios que más notamos a partir de septiembre es el aumento de la intensidad del sol. Así que ya es momento de sacar los lentes oscuros, pero también de aprovechar los bronceados o simplemente tomar más sol. Así se nutre la piel y el sistema inmune.

Por otro lado, una costumbre que debes continuar es la de mantener alta tu hidratación. Sabemos que debemos tomar agua todo el año, pero a medida que se acerca el verano el cuerpo te va a pedir más líquido. Otro aspecto de la salud al que hay que prestar atención en primavera es al emocional. Especialmente común entre mujeres de 20 a 50 años, la astenia primaveral se manifiesta con altibajos de humor, problemas para dormir, fatiga o falta de energía física y mental.

Es importante asistir a la consulta médica, donde tomarán en cuenta condiciones preexistentes y te indicarán estudios de laboratorio. Por lo general recomiendan vitaminas, especialmente complementos que combinen varias. Además, ayuda mucho el ejercicio físico, la relajación, alimentación balanceada y un buen descanso.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Rebeldía infantil, cómo controlar los berrinches sin excesos

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]En casa, en plena vereda o en la entrada de la juguetería en un centro comercial. En cualquier sitio puede producirse un evento de rebeldía infantil. Aquellas sacudidas, pataleos, gritos y llantos que estresan a los padres. Los especialistas dicen que son inevitables, pero hay estrategias para sobrellevarlos de manera constructiva y sin excesos.

Conocidos también como berrinches, los veremos con cierta intensidad entre los 12 meses y el cuarto año de edad. ¿Por qué en ese momento? Pues se trata de un paso en su crecimiento, específicamente porque su cerebro va madurando. Las características dependen mucho del contexto familiar, el manejo que hagan los padres y de la edad, pero en general el niño empieza a interactuar mucho más para exigir espacio, cosas o atención.

El estallido se produce cuando no consiguen lo que quieren, sin importar lo pequeño o insignificante que a los adultos les parezca. Es precisamente una etapa donde comienza a formarse lo que los expertos llaman “tolerancia a la frustración” y es una oportunidad única para el establecimiento de límites.

Cuando ocurren estos episodios es importante no ignorarlos. Así como las frases graciosas, las primeras palabras y los gestos tiernos, esto también es parte del proceso de crianza. No prestar atención intensifica su frustración. También pone un poco de combustible si vos te sumás al berrinche, es decir, respondés con gritos, golpes o amenazas. Entonces, ¿cómo controlarlos sin excesos?

* Procuremos la calma. En el abordaje de la situación está la clave. La recomendación de los expertos es ponerse a su altura, es decir, agacharte para hablarle con serenidad. Si estás en un espacio público, procurá un lugar tranquilo o apartado de la vista de todos. Mientras no pare de llorar o sacudirse es inútil retar o tratar de hablarle.

* Hablemos mirando a los ojos. El contacto visual ayuda a que tu pequeño entienda que estás allí y te estás ocupando de la situación. Mantente firme en la situación e invita a la calma. Puede ser pidiéndole que diga qué le molesta, contar hasta 10 o hacer respiraciones. Mostrale alternativas a lo que quiera, pero evitar concederle su deseo solo para calmarlo.

* Después de la tormenta. El rato que dura el berrinche parece eterno si no te entrenás para afrontarlo. Ahora, desde su punto de vista, sí fue eterno, su capacidad de control emocional está apenas empezando y cada episodio es una mezcla de sentimientos que ellos no comprenden. Allí es uno de los momentos de educar, de hablar sobre los sentimientos y las reglas, sin ceder.

* En la rutina. Los límites no se establecen en el momento del berrinche. Provienen en su mayoría de la interacción diaria y del ejemplo que vos mostrés. Los niños son unos grandes detectores de incongruencias, así que cumplir y hacer cumplir las normas es clave. Las instrucciones deben ser claras y expresadas con palabras sencillas, de manera que las pueda recordar fácilmente.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Los beneficios del yoga para todas las edades

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]Durante siglos, el yoga se practica con el objetivo de unir mente, cuerpo y espíritu. Su expansión en occidente lo ha separado de su componente religioso original, convirtiéndolo en una estrategia para mantener la salud física y mental. Visto así y con beneficios científicamente comprobados, hoy es recomendado ampliamente para todas las edades, aunque en cada etapa de la vida se puede obtener un resultado diferente.

Una de las ventajas del yoga es que a diferencia de otras formas de ejercicio físico, no requiere mucho para hacerlo. Básicamente se trata de ropa cómoda y un delgado colchón llamado “mat” que no es muy costoso. Por supuesto que lo ideal es contar con un alguien que guíe los movimientos, pero también existen múltiples opciones profesionales y sin costo en internet.

En la infancia, el yoga mejora la coordinación y la flexibilidad, al tiempo que fomenta la conciencia corporal y la autoestima. Además, reduce la ansiedad y el estrés, y empieza a generar hábitos de actividad física útiles para el crecimiento. ¿La edad de inicio? Pues hay ejercicios que pueden empezar incluso antes de cumplir el primer año. Poco a poco van sacando más provecho a medida que avanzan en edad, porque pueden comprender mejor las posiciones, ejercitar la respiración y la meditación.

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) recomienda el yoga como una terapia segura y potencialmente efectiva para los niños que enfrentan afecciones emocionales, mentales, físicas y de salud conductual.

Durante la adolescencia, esta práctica milenaria sigue sirviendo de soporte para la salud física y mental, lo que la hace un complemento importante en esta etapa del desarrollo. Además, de los beneficios para el cuerpo, un adolescente que practica yoga mejora su capacidad de tomar decisiones, adquiere mejor concentración y fortalece su autoimagen.

Los adolescentes varones pueden experimentar presión de sus compañeros contra la práctica del yoga, pero esta tendencia está cambiando. El yoga cada vez gana más reconocimiento gracias a celebridades deportivas como LeBron James, Dwayne Wade o Kevin Durant quienes atribuyen a esta práctica parte de su rendimiento en la cancha.

En la adultez el yoga tiene un impacto importante en especial para quienes además de un tipo de actividad física, procuran lidiar sanamente con el estrés o la ansiedad. Si bien es verdad que a ciertas edades algunos movimientos son más difíciles, la constancia, la meditación y las técnicas de respiración son una especie de oasis en el desierto de las preocupaciones cotidianas.

Esta es una práctica que no conoce de edades y es altamente recomendada para adultos mayores, porque les ayuda a sobrellevar las condiciones relacionadas con esta etapa de la vida, como la rigidez muscular, hipertensión, dolores de espalda, ansiedad y problemas con la circulación. El yoga le proporciona mayor a flexibilidad, mejora el equilibrio (que evita caídas) y mejora la respiración.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Las mejores opciones para merendar sin culpa

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]Llega la tarde y te tomás unos mates. Y allí se destapan las ganas de comer algo dulce. Tal vez unos alfajores o un trozo de torta matera. Si estás en un régimen dietético o simplemente cuidando la figura, te puede asaltar el remordimiento después de esa ingesta de carbohidratos y azúcar. Pero no te aflijas, hay muchas opciones para merendar sin culpa.

La merienda debe ser un aporte nutritivo en ese tiempo que está entre el almuerzo y la cena, proporcionando la energía necesaria para la segunda parte de la jornada diaria. Los expertos recomiendan convertirla en un hábito desde la infancia. Es una oportunidad para hacer una pausa en la jornada o reiniciarla luego de una siesta.

Aunque la más común es la que se toma en la tarde, los especialistas en nutrición recomiendan que la merienda también se tome entre el desayuno y el almuerzo y en algunos casos una nocturna. Dependerá del régimen alimenticio de cada persona, así como de la edad y de condiciones preexistentes como diabetes, obesidad o padecimientos asociados al tracto digestivo.

¿Cómo hacer para que este momento del día sea delicioso y nutritivo? Pues las alternativas son variadas. Como la merienda debe ser baja en grasas y azúcares refinados, las frutas aparecen en el primer lugar de las recomendaciones tanto para niños como para adultos.

Lo más recomendable es comer la fruta entera, así tendrás más fibra, mayor sensación de llenura y una nutrición que aumenta el metabolismo. Son un excelente sustituto de comida ultraprocesada (galletas, alfajores, garrapiñados o helados). Incluso en forma de jugo son una alternativa. Frutilla, duraznos, bananas o mandarinas, son fáciles de llevar en bolsas o en un toper y no necesitan estar refrigeradas todo el día para mantener su frescura.

Merendar te ayuda a regular el apetito, así no llegarás a la hora de la cena con tanta hambre que te comerías un elefante. Por eso es una sugerencia que siempre hacen los nutriólogos tanto para quien ya alcanzó su peso normal como para quienes están luchando contra la obesidad.

Los cereales cocidos son también una opción. Avena, maicena y quinoa son ideales para las meriendas vespertinas o nocturnas, son muy eficientes en mantener los niveles de glucemia (en caso de diabetes) y proporcionan una sensación de llenura, además de ser alimentos que ayudan a la digestión, combaten el estreñimiento y previenen el colesterol.

Tal como ocurre con el momento de las comidas principales, la merienda debe ser un rato de dedicación exclusiva en la medida de lo posible, es decir, sentados en la mesa sin televisión, el celular u otro tipo de distracciones.

Finalmente, una alternativa para una merienda sana son los frutos secos. Almendras, nueces, pipas de girasol o castañas de cajú, están altamente recomendadas por su rico aporte de vitaminas, antioxidantes y grasas saludables. Pueden consumirse solos en mezclas como la granola (en barras o mezclada con leche o yogurt).[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Las bondades de los frutos secos

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]En la merienda, en el plato o entre comidas, los frutos secos son una opción sana y natural de nutrición y energía. Su nombre les viene por su bajo contenido de agua y principalmente son semillas secadas al sol o en hornos. Hay para todos los gustos, pues existen más de 15 tipos y sus bondades son ampliamente reconocidas por la medicina.

En la Argentina está bastante extendido el consumo de avellana, almendra, castaña, nuez y nuez de pará, castaña de cajú, pecán y pistacho. También es muy apreciado el maní y las pipas de girasol.

Los frutos secos aportan minerales, vitaminas, proteínas y ácidos grasos insaturados. Son ricos en fibra y antioxidantes, lo cual ayuda en la prevención de enfermedades degenerativas, cardiovasculares y en el tratamiento de padecimientos digestivos.

Las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA) recomiendan ingerir al menos una vez por semana un puñado de frutos secos sin añadidos, indistintamente si se comen solos o incorporados en alguna comida.

Estas semillas tienen un alto contenido de grasas, pero no te inquietés por eso, en este caso se trata de grasas de las buenas, aunque obviamente tampoco hay que llevarlo al extremo de consumirlas en grandes cantidades ni como sustitutas de otros alimentos.

Cualquier momento es bueno para comer frutos secos. Por ejemplo, en el desayuno un plato de granola (la famosa combinación de nueces, almendras y otros frutos con avena y miel) acompañado con leche o yogurt. O también en el almuerzo, imaginate una ensalada de lechuga, zanahoria rallada, uvas pasas y un puñado de almendras y nueces.

A modo de merienda o entre comidas, para calmar la ansiedad, los nutriólogos recomiendan disfrutar de los frutos secos, eso sí, sin añadidos como el azúcar de los tradicionales garrapiñados. Esto porque dan una sensación de llenura y saciedad que ayudan a esperar hasta la hora de comer.

Son muchos los beneficios que aportan estas semillas. Las almendras, por ejemplo, son ricas en calcio y unas 20 unidades aportan la misma cantidad de fibra (buena para combatir el estreñimiento) que una manzana o una naranja. Además, es una fuente de magnesio, ácido fólico, vitamina E y fósforo.

Otro caso que merece mencionar es la nuez. Esa semilla proveniente del nogal, es una aliada del corazón por su alto contenido de omega 3 y omega 6. También tiene fibra y proteínas, potasio, magnesio, fósforo, cobre, zinc, vitamina B y E. De hecho, la Organización Mundial de la Salud,la incluyó entre las meriendas más saludables.

Y no podemos culminar sin hablar un poquito del maní. Es el fruto seco con mayor contenido de proteínas, también es una fuente saludable de potasio, azufre, yodo y antioxidantes, que cuidan al cuerpo de algunos tipos de cáncer.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Sueños, la vida cuando dormimos

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]“Un sueño es una puertita escondida en los más íntimos y secretos espacios del alma” Carl Gustav Jung

Misteriosos y complejos, los sueños son parte de las grandes incógnitas de la humanidad. Esa vida que transcurre mientras dormimos ha sido objeto de interpretación por místicos, científicos y religiosos, tratando de dar un sentido a esas visiones y situaciones que no podemos controlar.

Las imágenes, sonidos y sensaciones que experimentamos mientras soñamos provienen principalmente de lo vivido durante el día o recuerdos que se almacenaron tiempo atrás (días, meses o años). Por lo general no solemos recordar con exactitud lo que soñamos e incluso puede que lo hagamos y no tengamos memoria de que lo hicimos. Además, estudios muestran que el 80% de los sueños están relacionados con emociones negativas.

Desde la antigüedad se ha relacionado a los sueños con una forma de intervención mística o religiosa. José, personaje bíblico del Antiguo Testamento, era un intérprete de sueños, una habilidad que le permitía predecir el futuro. Es célebre el episodio cuando el faraón sueña con vacas gordas y vacas flacas, cuyo significado descifra el patriarca hebreo como una venidera época de bonanza económica, seguida de una gran hambruna.

En Grecia, la oniromancia llegó a tener un manual, elaborado en el siglo II d.C. por Artemidoro . El texto es una impresionante recopilación de sueños de personas de la época. No obstante, fue su paisano Heráclito quien adelantado a su tiempo, lanzara la idea de que los sueños no tienen significado alguno fuera de la mente persona que los evoca.

Esa visión de los sueños es la que se consolida en la psicología, especialmente para el psicoanálisis. Sigmund Freud, pionero en desarrollar teorías científicas sobre el tema, propuso que las emociones enterradas en el inconsciente salen a la superficie y se expresan simbólicamente durante los sueños, que también identifica como una válvula de escape de los deseos insatisfechos.

La neurociencia ha aportado luces desde el punto de vista biológico. Múltiples estudios muestran las regiones del cerebro que se activan durante el sueño y sus aplicacionesmédicas son objeto de investigación. También han ayudado a establecer que se trata de una función involuntaria de la mente, que se produce en el cerebro, pero que impacta todo el cuerpo.

En el contexto terapéutico, el objetivo principal del análisis de los sueños es ayudar a las personas a abordar sus problemas de la vida real. Así, son una herramienta útil para aumentar la autoconciencia, identificar estados emocionales latentes y ayudar a encarar los acontecimientos y traumas importantes de la vida.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Café, lo que necesitas saber de la famosa bebida

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo. Es el preferido para activarse en las mañanas y un indiscutible socializador en cualquier parte del mundo. Su origen se remonta al siglo XIII cuando, según cuenta la leyenda más extendida, un pastor de cabras en Etiopía se dio cuenta de que su rebaño se alteraba cada vez que comía los frutos rojos de unos pequeños arbustos.

Lo cierto es que el café se extendió desde el Medio Oriente. En Arabia Saudita se abrieron las primeras cafeterías, sitio de reunión para charlar, jugar ajedrez y pasar el rato. Fue un fenómeno tan grande que llegó a prohibirse debido a que eran el lugar preferido para hablar de política (lo que desagradó a los gobiernos de la época).

En Europa la bebida hace su aparición en 1615, gracias a los comerciantes venecianos. El Caffè Florian de la Plaza de San Marcos, en Venecia, fue la primera cafetería del viejo continente. Abrió en 1720 y hasta la fecha sigue atendiendo a miles de clientes.

Hacia principios del siglo XVIII, el café se empezó a cultivar en las Américas y con ello también comenzó su consumo en esta parte del mundo. Hoy la región se distingue por tener al mayor productor y exportador (Brasil) y al mayor importador (Estados Unidos).

Las distintas variedades y formas de preparación hacen del café una bebida muy versátil. Desde el tradicional espresso (de origen italiano) hasta el café con nitrógeno (creado en EEUU), los consumidores tienen una amplia gama de opciones para escoger.

El cafeto (así se llama la planta de donde proviene el café) solo crece en zonas con clima tropical, temperaturas cálidas, ciclos húmedos y secos alternados, y determinadas alturas.

Esas condiciones se dan en unos 80 países ubicados entre el Trópico de Capricornio y el Trópico de Cáncer, una banda alrededor del globo terráqueo conocida como el “cinturón del café”.

El café se recoge de los cafetos, se somete a un proceso de secado que da como resultado un grano verde (muy utilizado para adelgazar), este luego se tuesta y adquiere su característico color marrón. Posteriormente se comercializa así en granos tostados o molidos. Anualmente se consumen unos 10.000 millones de kilos de café en todo el mundo, según la Organización Internacional del Café.

Tomar entre 4 y 5 tazas de café al día ayuda a mantener la concentración, mejorar la memoria y los niveles de energía. Previene la diabetes, padecimientos neurodegenerativos, la cirrosis, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
En la actualidad está muy de moda el café de especialidad (o gourmet), cuyo cultivo no industrial se da en zonas y condiciones específicas que influyen en su aroma y sabor.

Además, apunta hacia el cultivo orgánico y sustentable. También es posible ver costosas excentricidades como un café que se obtiene de los excrementos de algunos animales como monos, murciélagos o elefantes.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Allí viene la adolescencia: claves para padres

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]La adolescencia es una etapa de transición en donde se cruza el puente entre la pubertad y la adultez. La guía para recorrer ese camino debe venir principalmente desde casa y por ello como padres hay que estar preparados.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adolescencia como “el periodo de crecimiento y desarrollo humano que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta”. Franqueza, amor y confianza, son valores claves para este momento vital, así como emprender a tiempo la tarea de orientación.

Esta es una pequeña guía de referencia con temas claves para fijar estrategias que permitan manejar problemas grandes y pequeños con la llegada de la adolescencia a la vida de la familia.

Infórmese con especialistas sobre la pubertad y la adolescencia. Contar con datos que lo alejen de mitos y falsas creencias profundizará la confianza y mostrará que se preocupa por estar al día.

Comience charlas tempranas sobre temas importantes. Hable de forma abierta sobre sexualidad, consumo de alcohol y drogas. Inicie estas conversaciones durante la adolescencia temprana (entre los 10 y los 13 años) para crear una base para diálogos futuros.

Ayude a procesar los cambios. Explíquele los procesos por los que pasará su cuerpo como algo normal y que forman parte de la vida. Inspirar tranquilidad es clave. En el caso de las niñas la información previa sobre su primera menstruación es fundamental. Prepárese para sus preguntas y responda con naturalidad.

Promueva la actividad física. El cuerpo de su hijo o hija experimentará un lapso de crecimiento que durará varios años y con ello la posibilidad de aprovechar actividades que requieran esfuerzo físico como deportes, danza, teatro, entre otras. Con el avance de la adolescencia estas serán un soporte importante para mantener la mente ocupada de manera constructiva.

Fije límites claros y saludables. A medida que avanza la adolescencia es importante ir equilibrando la independencia con los límites. Recuerde que tiene en casa a una persona en desarrollo y ambas cosas son parte clave de su madurez. Plantee normas claras en cuanto a las horas de llegada a casa, las calificaciones, el uso del celular y de los medios sociales. Además, establezca las responsabilidades caseras y familiares.

Asegúrese de dar un ejemplo positivo. La coherencia entre lo que converse con su hijo o hija y su propia conducta es clave para la construcción de la confianza. Comprométase a escuchar con empatía, a cumplir las promesas y las sanciones. Además, no sea usted quien rompa las reglas o los acuerdos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Las propiedades relajantes del té (o de las infusiones en general)

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]“El té es un delicioso licor que suprime las causas principales de las penas humanas”. Kien Long - Poeta chino

Las infusiones herbales calientes son bebidas para refrescar el alma. Sus beneficios se conocen desde hace miles de años y algunas preparaciones como el té, son parte de largas tradiciones y ritos culturales.

Su presentación actual en forma de saquitos a veces nos distrae del origen natural de cada una de estas maravillosas plantas. Hojas, tallos o flores son los principales elementos de lo que encontramos en las bolsitas que compramos en el súper y su cultivo se reparte por casi todo el mundo.

El té, cuya preparación se remonta a casi 5.000 años de antigüedad, es el rey de las infusiones herbales. Numerosas investigaciones indican que beber té reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y cáncer. Además, es antioxidante, baja el colesterol y el estrés, previene infecciones, combate la fatiga y fortalece los vasos capilares. Es altamente recomendado como bebida para quienes hacen dieta ya que no contiene azúcares ni calorías.

Otras hierbas se han ganado un lugar en nuestras tazas y también cuentan con beneficios para la salud. Es el caso de la manzanilla, cuyo té se obtiene a partir de las flores y tallos de esa planta. Su uso para aliviar los dolores de barriga, la diarrea y la indigestión, es el más conocido. También es útil para calmar irritaciones oculares y limpiar heridas leves.

Las hojas de menta, por su parte, son la base para una bebida que caliente o fría funciona como antiséptico, antiespasmódico y digestivo. Es un té muy apreciado por generar un buen aliento y su efecto refrescante.

Uno que no podemos dejar de lado es el té de boldo. Alivia malestares estomacales, es un excelente antioxidante y tiinflamatorio. Para quienes padecen enfermedades hepáticas es un complemento contra la piel amarilla.

¿Claves para una excelente infusión en casa?

Hay algunas claves para extraer todo el sabor y aroma de ese té que preparamos en casa. La primera es que el agua debe usarse cuando está en su punto de ebullición, es decir, debemos evitar que hierva. Para lo que sí vamos a usar el agua hirviendo para lavar la tetera, que por cierto es recomendable que sea de cerámica o porcelana.

Para servirlo se colocan los saquitos en la taza y se vierte sobre ellos el agua. Hay que dejarlos unos minutos para que el líquido haga su trabajo sobre las hojas, tallos o flores contenidas en la bolsita. También es importante guardar el té en un recipiente metálico cerrado, donde no le dé el sol, así se conserva su frescura y se alarga su duración.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

La batalla por las vacunas, ciencia vs virus

[vc_row css=".vc_custom_1569440384098{padding-top: 20px !important;}"][vc_column][vc_column_text]Hace más de 200 años la ciencia encontró una forma de prevenir enfermedades: las vacunas. Desde entonces millones de muertes se han evitado gracias a esas dosis que combaten virus y otros organismos dañinos. Sin embargo, no es fácil dar con la fórmula exacta.

El campo de las vacunas se ha convertido en uno de los más pujantes de la investigación biomédica. El temor a una grave pandemia de enfermedades mortales o altamente contagiosas, impulsa a empresas y gobiernos a invertir en el desarrollo de nuevas vacunas en el menor tiempo posible.

El origen de las vacunas se encuentra en 1796, cuando Edward Jenner, un médico rural inglés, descubrió la vacuna contra la viruela. En la actualidad hay más de 40 en uso para la prevención de 25 enfermedades evitables como varicela, tétanos, tuberculosis o sarampión.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como vacuna “cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos”. Las vacunas preventivas ayudan al cuerpo a desarrollar inmunidad a una enfermedad imitando una infección, mientras las terapéuticas están diseñadas para tratar enfermedades existentes al provocar una respuesta inmune dirigida.

Este método ha resultado eficaz para eliminar y tratar enfermedades. Es por ello que los gobiernos desarrollan planes de vacunación masivos. El proceso empieza en la infancia y se completa en la adolescencia. No obstante, pasada esa etapa también hay vacunas como la de la influenza, la fiebre amarilla y otras que se aplican en adultos. Y por supuesto, aquellas que sean necesarias para nuevas enfermedades.

En la Argentina, por ejemplo, no se registran casos de rubéola congénita desde 2009. El último caso de poliomielitis fue en 1984, de difteria en 2006 y de tétanos neonatal en 2007. Mientras, desde 1980, no se conocen casos de viruela.

Hoy en día, los gobiernos y las empresas farmacéuticas trabajan en investigación y desarrollo (I + D) para encontrar nuevas formas de prevenir y tratar enfermedades con vacunas innovadoras. Según un estudio de la Asociación de Empresas Biofarmacéuticas de Estados Unidos, hay 258 vacunas en desarrollo para el tratamiento o la prevención de enfermedades.

En los laboratorios están a prueba 108 vacunas contra el cáncer, 125 para diversas enfermedades infecciosas (incluida una contra el VIH), 14 para las alergias y 2 contra la enfermedad de Alzheimer y unas 70 contra el Covid19.

A pesar de todos los avances y beneficios, recientemente se ha levantado una tendencia en contra de la vacunación, lo que la OMS califica como una grave amenaza a la salud global.

Los activistas antivacunas aseguran que estas surten efectos negativos en la salud e incluso las vinculan con sistemas de control de población y otras teorías conspirativas.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]